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Durante todo el proceso, del inicio al final, se intentó diferir el voto de las mujeres. En este asunto quienes perdían sucesivas votaciones nunca se daban por vencidos. Campoamor anota que desde la sesión de uno de octubre sentía una constante animadversión en la Cámara. "Ataques personales y a veces bufones contra mi intervención.. esperanzados en que la interrupción, la burla y el sarcasmo me hicieran enmudecer". Victoria Kent y los radicales trataron de ganar lo perdido mediante una enmieda constitucional. Fue el último intento para impedir el voto femenino, pero Campoamor no sólo se impuso en el debate sino que por una diferencia de sólo cuatro votos, lo ganó. Apoyándose en los socialistas y algunos republicanos de derecha, derrotó a los socialistas liderados por Prieto, a los republicanos de su propio partido, a los del Radical Socialista y a la camarilla de Azaña. El uno de diciembre se jugó por fin el voto. De nuevo se propuso diferirlo, sin que los argumentos cambiaran. El artículo 34, que aseguraba el sufragio universal y la igualdad de derechos políticos entre los sexos, no se negaba, sino que se aplazaba la "concesión" del voto femenino para cuando se juzgara conveniente. Campoamor se levanta: "..Aunque mujer y convencida de la justicia de ese derecho, no voy a defender el voto. Yo voy a defender la Constitución,... los que nos traen la pintoresca teoría de que es preciso conocer las consecuencias para adoptar el principio (no pueden) decir que los derechos concedidos por el artículo 34 tendrán etapas, porque el artículo 34 no concede ningún derecho a la mujer, regula los derechos electorales de uno y otro sexo en las mismas condiciones".

Tras este argumento formal e impecable, Campoamor recuerda a cada una de las minorías que sustentan la enmienda cómo se han negado públicamente a volverse atrás de cosas votadas y juzgadas, en el Parlamento y en la prensa, y da de ello múltiples ejemplos. "Yo no defiendo hoy el voto de la mujer; ya está defendido... pero mi espíritu se apena ante la posibilidad de que esta Cámara ... llegue a hacer una cosa que puede tener repercusiones muy graves. ... Yo he de hablar muy claro siempre, pero hoy más. ... ¿Es que aspiráis para que se le conceda el voto a la mujer a haber acabado con la religiosidad en España? ¿Os atrevéis a decir eso? ... lo cierto es que es más fácil ser demócrata y liberal laríngeo que demócrata y liberal actuante ... lo que os pasa es que medís... por vuestro miedo ... y englobáis a todas las mujeres en la misma actitud ... acaso mirándola por la intimidad de vuestra vida, en que no habéis sabido hacer la separación entre religión y política ... decís que la mujer no tiene preparación política. .Y de los hombres ¿cuántos millones de ellos están preparados?... Los hombres tampoco están preparados, ni ciudadana ni políticamente en España ... y esa es nuestra labor presente... no habéis tenido tiempo de educar a los hombres siquiera y claro está que no podéis hablar de educar a las mujeres (14)". Concluye Campoamor aconsejando que no se delibere la enmienda. Que no se vuelva a votar lo ya votado.

Teme, con fundamento, la catástrofe. El Presidente da la palabra al Sr. Peñalba quien dice sentir el deber de revisar la constitución en un caso tan importante. Intervienen varios diputados más que afirman reconocer la igualdad pero querer diferirla. El Sr. Barriobero incluye que no voten las mujeres casadas, las monjas ni las prostitutas. Guerra del Río insiste en que "en el programa del partido radical... figura la igualdad de derechos electorales de ambos sexos y el partido radical hoy ratifica ese criterio; pero que interpretando el criterio de todos los radicales de España ha estimado que la concesión inmediata del voto a la mujer... pudiera constituir un grave peligro para la República... No; nosotros no quitamos ese principio, ni lo borramos de nuestro credo; lo único que hacemos es condicionar su ejecución... ¿no dice nada a la Cámara que... la mayoría de las ilustres representantes que aquí tiene precisamente el sexo femenino, Victoria Kent y Margarita Nelken, hayan hecho pública declaración de que ellas estiman peligrosa la concesión del voto a la mujer...? (15)" La discusión se estanca y comienza a ser circular. Campoamor resume: "condicionáis el voto de la mujer por miedo de que no os vote a vosotros; ese es todo vuestro contenido filosófico... si lo creéis así, debíais haberlo silenciado ... lo que hacéis ahora, dejando a la mujer extramuros del derecho al voto... sembráis la respuesta que os dará (16)". Por cómo se expresa se percibe con nitidez que Campoamor da el asunto por perdido. No ha podido evitar la votación. Los números están muy justos. Se pasa a votar. Apoyan el sufragio y mantienen el texto 131 votos; quieren diferir el voto de las mujeres 127. El sufragio se ha salvado por cuatro votos. Gráfico Este fue su triunfo y también el fin de su carrera política. Nadie aceptó jamás en sus listas a la diputada Campoamor. ¿Éxito? ¿fracaso?... "logré ver triunfar mi ideal: Todo lo doy por bien sufrido": Clara Campoamor (17).

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