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Desarrollo


En el Tahuantinsuyu no era extraño que la mujer gozara de poder político. Tenemos algunas referencias de la etapa virreinal que nos hablan de mujeres curacas, que heredaban señorío de sus padres, o ejercían el mismo a la muerte de su marido. Además de las mujeres que por ellas mismas detentaran un poder político, al frente de un curacazgo, otra manera de vincularlas al poder era precisamente a través de los matrimonios concertados por el Inca. Efectivamente, una de las maneras con las que el Inca premiaba fidelidad, o estrechaba lazos con señores del Tahuantinsuyu, era la entrega de mujeres para el matrimonio. Era muy frecuente el intercambio de mujeres entre el Inca y los señores para sellar alianzas. Cuenta Murúa cómo el Inca Huayna Capac, para contentar a su capitán Mihi, que intentó rebelarse, le entregó por mujer a una india principal. El número de indias entregadas por el Inca, a través de sus funcionarios, dependía de la dignidad del señor al que eran destinadas. Igualmente variaba la categoría de las mujeres ofrecidas, según fuera mayor o menor la importancia del señor. Gráfico Tenemos además constancia de la existencia de algunas mujeres que, sin desempeñar el papel de esposas principales del Inca, ejercieron igualmente influencia política o militar en tiempos de crisis. Tal es el caso de Contarhuacho, esposa secundaria de Huayna Capac. Fue nombrada señora de Ananguaylas, y era madre de Inés, amante de Pizarro y madre de la única hija del conquistador, doña Francisca. Esta mujer tuvo una actuación significativa durante las guerras de conquista del Perú. Contarhuacho movilizó a su pueblo para ayudar a su hija y a Francisco Pizarro tras el levantamiento de Manco Capac en 1536, enviando a Lima un ejército para socorrer a los españoles.

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