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Datos principales


Rango

Edad Moderna

Desarrollo


Efectivamente, la mayoría de las mujeres de la burguesía y aristocracia española pudieron disfrutar, ya desde comienzos del siglo XVIII, de una relativa salida de sus ámbitos domésticos gracias la implantación de una costumbre: el cortejo. Esta práctica se inició, con la moda del acompañante o "cortejo" de que disfrutaban las señoras de la alta burguesía, con el beneplácito de sus consortes. El cortejo les dio la oportunidad para entablar amistad con personas ajenas a su entorno familiar, pero "en lugar de servir a las mujeres, escribió Martín Gaite, para ampliar sus horizontes mediante aquella especie de modalidad de conversación, en vez de facilitarles acceso al mundo de la cultura, contribuyó, por el contrario, a entontecer a los hombres," (236) Gráfico El cortejo, que en sus inicios no fue más que un privilegio, se fue extendiendo entre la burguesía como signo de distinción, pero si fue capaz de dilatar el ámbito espacial, es decir, el entorno de las mujeres, no sirvió para desarrollar su esfera cultural.

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