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Datos principales


Rango

Edad Moderna

Desarrollo


Gran cantidad de obras contenían advertencias de autores e impresores sobre a quiénes iban dirigidos sus escritos, decantándose por el público femenino en sus avisos -si eran para varones, no se solía avisar de ello-. Las mujeres modernas eran consumidoras en potencia, a las que se podía seguir moralizando a través de escritos que, además, leían con gusto. Desde el siglo XVI, y con mayor intensidad a partir del siglo de la Ilustración, fue una constante la proliferación de publicaciones para las mujeres. En su mayor parte se trataba de obras de moral y economía doméstica, como Instrucción de la mujer cristiana de Luis Vives, publicada en 1524, o La perfecta casada, de fray Luis de León, a los que luego seguirían tratados de medicina doméstica o del cuidado de niños o mayores, además de obras de entretenimiento al estilo de colecciones de novelas para mujeres. Gráfico La prensa, introdujo poco a poco a las mujeres en sus escritos, hasta el punto de dejar a algunas de ellas colaborar con las publicaciones, a través de cartas enviadas por ellas mismas o escritas por los propios periodistas desde el prisma de una mujer. Un proceso que culmina en periódicos que se decían escritos por damas, aunque dirigidos a un público general como La Peinadora Gaditana (1763-1764) de "Beatriz Cienfuegos" y Pensatriz salmantina (1777) de "Escolástica Hurtado", así como en publicaciones específicas, de las que sólo llegó a ver la luz el Correo de las damas (1804-1807). Otros como el Diario del bello sexo (1795), el Diario de las damas (1804) o el Liceo general del bello sexo (1804) no vieron la luz.

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