Mujeres creadoras y emprendedoras: las fundaciones piadosas

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Datos principales


Rango

Edad Moderna

Desarrollo


El protagonismo femenino adquirió una gran importancia en el campo de las fundaciones piadosas, (56) las cuales conllevaban en general la promoción de algunas construcciones arquitectónicas con su correspondiente decoración de retablos y sepulcros y otras obras complementarias de rejería, orfebrería, ropas de culto, etc. Este mecenazgo fue ejercido generalmente por viudas, que no precisaban el permiso marital y podían disponer libremente de sus bienes. En la época Moderna, la viudedad fue el estado ideal de la mujer, puesto que podía desarrollar en plenitud su capacidad de organización en fundaciones piadosas y empresas artísticas. Son muy escasos los documentos referentes a la mujer como creadora y artista en estos siglos. La importancia de Sofonisba Anguissola o la de Luisa Roldán es comparable a la de sus contemporáneos en sus respectivos campos, la pintura y la escultura. No parece que su ascenso se viera obstaculizado seriamente por ningún tipo de prejuicios. El peso menor de la mujer en el desarrollo del arte se debió a su inferior preparación cultural, causada en parte por la disminución de su capacidad jurídica al estar sometida primero al padre, y luego al marido sumado a a su menor capacidad económica en unos años que se favorecía el mayorazgo, que disfrutaba preferentemente el varón primogénito. Uno de los escasos ejemplos fue el de Beatriz Galindo, prototipo de la mujer viuda y promotora de fundaciones y obras de arte.

Cuando en 1501, su esposo Francisco Ramírez, secretario del Consejo Real y conocido como El Artillero, murió en la represión de los moriscos en Sierra Bermeja, decidió retirarse al monasterio de su fundación de la Concepción Francisca, anejo al Hospital de su mismo nombre. Las dificultades que pusieron los franciscanos a la fundación y otros diversos motivos llevaron a Beatriz a una segunda fundación, la del convento de la Concepción Jerónima. Desaparecidos ambos conventos se han conservado algunos restos arquitectónicos y los dobles sepulcros de la fundadora y su esposo, en uno de los cuales se recorta el perfil de Beatriz. Gráfico Otra dama que se dedicó a varias fundaciones fue María o Magdalena Manrique, la famosa Marquesa de Cañete. Su testamento da noticia de un legado para la Capilla del Espíritu Santo de la catedral de Cuenca, lugar destinado al enterramiento de su familia. (57)

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