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Guerras Israel

Desarrollo


Para abordar un conflicto como el que tuvo lugar en 1948 en Palestina y que habría de durar hasta el presente es preciso tratar brevemente de sus antecedentes remotos. Tanto los judíos como los palestinos se sentían pueblos elegidos por Dios que, después de atravesar una larga época de decadencia que duró siglos, llegado el siglo XIX experimentaron un renacimiento. En ambos casos, puede decirse que no se trataba de grupos religiosos en el sentido moderno del término sino de comunidades nacionales de creyentes. Los dos empezaron a articular plataformas de contenido nacionalista en fechas semejantes. Theodor Herzl era un judío muy asimilado de Viena que reaccionó creando el sionismo, a partir del momento en que nació en Austria el antisemitismo. En 1896 publicó El Estado judío, cuya tesis principal es que resultaba inútil combatir el antisemitismo y que, al mismo tiempo, era imposible pretender la asimilación. Al final del XIX, apenas había veinte asentamientos agrícolas en Palestina, poblados por unos 5.000 judíos. En la segunda "aliya", o emigración en los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, se llegó a alcanzar ya la masa crítica de las 85.000 personas asentadas. Además, en ella llegaron muchos judíos dotados de una educación moderna y con una ideología socialista. De ahí la aparición de los "kibbutzim" o colectividades agrarias y la expansión del hebreo como signo de identidad colectiva. Pero, como han señalado los historiadores judíos más autocríticos, también a estos inmigrantes, procedentes del Este de Europa, les caracterizó un nacionalismo tribal y exclusivista característico de las sociedades de donde procedían.

Los árabes, por su parte, adquirieron conciencia propia algo después. Palestina había sido una región muy poco poblada y sujeta a una inestabilidad política endémica: apenas tenía 560.000 habitantes (18.000 en Jerusalén en 1880) y sufría frecuentes "raids" por parte de los beduinos. La conciencia de identidad se agudizó a partir de la revolución de los Jóvenes Turcos en la primera década de siglo, pero por el momento no se produjeron conflictos entre ambas comunidades. A pesar de ello, durante la Primera Guerra Mundial, los turcos prohibieron el nacionalismo de ambos signos; el líder judío Ben Gurion, por ejemplo, fue obligado a exiliarse. La Declaración Balfour, de noviembre de 1917, destinada por el Gobierno británico a mostrar su aceptación de la llegada de los judíos, tuvo como consecuencia la multiplicación de la inmigración. Así llegó la tercera "aliya", cuya ideología era semejante a la de la inmigración anterior. Con ella, se llegó a alcanzar el 17% de la población (175.000 personas). Fueron quienes participaron en ella los que ejercieron el poder a partir de la independencia. La cuarta "aliya", a partir de 1924, fue ya más cosmopolita y, por tanto, aumentó la heterogeneidad de Israel. Durante estos años, aparecieron instituciones como el Haganah, instrumento de defensa pero también destinado a favorecer la llegada de la inmigración, y el Histadrut, es decir, el sindicalismo. Frente a una idea que se popularizaría con posterioridad, el sionismo tuvo un contenido popular y socializante, mientras que los grandes magnates y potentados judíos eran más bien reticentes al mismo. Al tiempo que crecía la inmigración judía también se incrementaba la población árabe, que pasó en 1917-1947 de 600.000 a 1.200.000 habitantes.

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