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Datos principales


Rango

Japón

Desarrollo


Cuatro años después de que los primeros barcos portugueses avistaran las costas japonesas, en 1545, un sacerdote de la misma nacionalidad, Francisco Javier, fundador de la orden de los jesuitas, llegó a Japón al frente de una misión cristiana. La nueva religión fue inicialmente bien acogida, siendo apoyada de forma más o menos implícita por el daimyo Oda Nobunaga, fascinado por el armamento europeo. Pronto la nueva fe comenzó a extenderse, de forma que a principios de la década de 1580 ya sehabían convertido al cristianismo casi todos los daimyo de la isla de Kyushu. En la capital, Kyoto, existía una gran congregación cristiana, así como en otras grandes poblaciones. Se calcula que, en estas fechas, el número de conversos podía llegar al millón. No obstante, no está comprobado que el propio Nobunaga se convirtiera al cristianismo, aunque uno de sus últimos retratos lo muestra con un crucifijo. El clima de tolerancia acabó en 1587 cuando Hideyoshi, sucesor del asesinado Nobunaga, puso fin a se estado de cosas. Algunos novicios jesuitas japoneses -los "mártires japoneses"- fueron crucificados y muchos misioneros expulsados. En 1596 el cristianismo fue oficialmente prohibido. Con el gobierno de Tokugawa Ieyasu la persecución perdió intensidad, aunque nuevamente el clima anticristiano renació con su nieto Tokugawa Iemitsu. Bajo pena de muerte en caso de negarse, los cristianos eran obligados a pisotear una imagen de la Virgen.

La represión hizo que la mayoría de los daimyo abandonaran la nueva fe, de tal forma que, hacia 1640, se puede decir que había finalizado el siglo del cristianismo en Japón. A pesar de ello, un pequeño grupo de fieles conservó su fe cristiana en secreto, especialmente en el entorno de Nagasaki. El aislamiento exterior japonés hizo que este cristianismo, ajeno a cualquier contacto con Roma, fuera adquiriendo características particulares, de forma que, por ejemplo, los cultos a Jesús y María acabaran por parecerse al de los poderosos kami sintoístas o bosatsu budistas. En 1872 las disposiciones anticristianas fueron revocadas, pero los cristianos locales se negaron a unirse a la Iglesia de Roma. Actualmente esta rama cristiana es un minúsculo elemento en el complejo mapa de las religiones en el Japón. Se calcula que en la actualidad existen 600.000 cristianos en Japón, de un total de 130 millones de habitantes.

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