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Datos principales


Rango

Oceanía

Desarrollo


En tiempos muy remotos el hombre llevó consigo el perro y, en torno al año 4000, importó un pequeño jabalí, el cerdo indonesio, que aclimató en todas las islas del Pacífico, a excepción de Australia, convirtiéndose en el principal factor económico del mundo oceánico. Su posesión supone riqueza y poder. Ningún suceso importante puede tener lugar sin que conlleve la correspondiente matanza e ingestión de cerdos. Constituye la principal moneda de transacción; es el elemento esencial de la dote o precio de la novia; se utilizan en los rituales de preparación de una guerra, en los de iniciación y en los funerales. Después de la matanza, los cerdos se reparten generosamente entre parientes y clanes amigos quienes, a su vez, se sienten obligados a corresponder con la misma generosidad en futuras ocasiones. Ello crea un lazo de unión y a la vez de dependencia entre individuos y clanes e incluso, estimula la economía, ya que todos ellos se esfuerzan en criar más de los que necesitan para su subsistencia, con objeto de rivalizar en generosidad y prestigio con otros clanes. A pesar de las notables diferencias entre las diversas culturas del Pacífico, hay también otros muchos elementos comunes: algunos visibles y evidentes, otros más difíciles de percibir. Por ejemplo, en el uso de los materiales disponibles, el cocotero y el pandano son, probablemente, los árboles más representativos de las islas del Pacífico, esenciales en la construcción de viviendas, en la artesanía y en el tejido; en ciertas zonas cercanas al sureste asiático, en torno al 7000, ya se habían domesticado plantas específicas de Oceanía, que después los oceánidas llevaron consigo y aclimataron en el resto de las islas: taro, ñame, árbol del pan, palmera sagú, betel, batata, caña de azúcar y plátano, cultivándolos a veces con una técnica de huertos aterrazados muy complicada; la kava, infusión preparada a base de la raíz de una planta, que produce efectos eufóricos, es la bebida más generalizada.

La economía de los pueblos del Pacífico ha sido, y sigue siendo en muchos sitios, una economía de subsistencia, basada en la caza, siempre precaria; en la pesca, abundante en muchos sitios; en la recolección de frutos y raíces silvestres; y en la agricultura de huerta. Los metales son muy abundantes en algunas zonas, pero los indígenas jamás los han utilizado. Sin embargo, este escaso bagaje cultural y técnico fue suficiente para que todos estos pueblos conservaran su modo de vida ancestral hasta la llegada de los europeos. Muchas de las facetas de su vida religiosa y ceremonial y, sobre todo, la codificación de sus elaborados sistemas socio-matrimoniales y de parentesco no están todavía muy claros para los occidentales. Pero lo cierto es que estos pequeños grupos familiares, desprovistos, prácticamente, de todo lo que nosotros llamamos bienes materiales, han desarrollado una riqueza mental y estética excepcional.

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