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Datos principales


Rango

Oceanía

Desarrollo


Las islas de Melanesia se hallan en el Pacífico oriental. Nueva Guinea, Nueva Bretaña y el archipiélago de las Bismarck, las Salomón y las islas de Santa Cruz, Vanuatu (antes Nuevas Hébridas) y Nueva Caledonia. Fidji y Tonga a veces son encuadradas en Melanesia, aunque para otros autores corresponden a la Polinesia. Todas estas islas y conjuntos de islas se encuentran en la plataforma continental australiana. Algunas son meros atolones coralinos, pero por lo general se trata de islas mayores que la polinésicas. Se puede afirmar que en sus selvas y montañas viven -o lo han hecho hasta muy poco- los últimos pueblos del globo que no han tenido ningún contacto con la civilización europea. Si bien hace unos años la administración de Melanesia se hallaba repartida entre varios países, en la actualidad la mayor parte de estos territorios han logrado la independencia. Papuasia y Nueva Guinea son un estado independiente, incluidos en el seno de la Commonwealth, desde 1975. En 1978 las Salomón abandonaron la dependencia británica, al igual que las Nuevas Hébridas, independientes de Francia desde 1980. No obstante, Melanesia mantiene una cierta unidad étnica. Sus gentes son de cabellos encrespados y piel oscura, y sus lenguas son claramente diferenciadas de las demás. Las tribus son reducidas y a menudo se hallan aisladas del exterior. Excepto en Nueva Caledonia, no existen jefes ni consejos de ancianos.

A pesar de esta unidad, los melanesios no son los únicos habitantes de estas islas. Los primeros habitantes debieron llegar hace unos 20.000 años, llegados desde el oriente asiático hasta Nueva Guinea, desde donde se extendieron. Polinesios, micronesios, europeos y chinos fueron llegando con el paso del tiempo, dando lugar a pueblos de aspectos muy diversos. Como regla general, los pobladores de las costas son más altos y tienen rasgos más finos que los habitantes de las montañas, fisiológicamente de tipo negroide, más bajos y robustos. Su alimentación se basa casi exclusivamente en taro y boniatos, siendo el pescado sólo consumido por los pueblos de la costa. La cría de cerdos es una costumbre muy extendida, si bien sólo se sacrifican y consumen en fiestas y celebraciones. Además, las mujeres, en algunas tribus, no pueden consumirlo. Las Nuevas Hébridas fueron descubiertas para los occidentales por Cook en 1774, aunque hasta el siglo XIX no se abrieron al tráfico comercial, siendo importantes para el tráfico de la copra. Las Salomón fueron asoladas durante mucho tiempo por traficantes esclavistas, que llevaban a sus cautivos a trabajar forzados en las plantaciones de Queensland. Después fueron explotados su oro, perlas y huevos de tortuga. Nueva Caledonia fue utilizada por Francia como isla penitenciaría, aunque luego comenzaron a ser explotados sus minerales: hiero, níquel, cromo, manganeso, oro y cromo.

Las incursiones en busca de mano de obra hicieron descender rápidamente las poblaciones de Nuevas Hébridas y las Salomón. Además, las enfermedades importadas por los europeos (sarampión, tosferina, tuberculosis, venéreas y gripe) se sumaron a la malaria y la disentería, causando gran mortandad. Los pueblos melanesios causaron honda impresión en los viajeros europeos. Las opiniones, como en otros casos de América, África y la misma Oceanía, oscilaron entre la admiración hacia el bucolismo de la vida natural y el desprecio por lo que consideraban una forma de vida bárbara y salvaje. Se ha destacado con mucha frecuencia rasgos como la fuerte belicosidad de estos pueblos y la práctica del canibalismo. El contacto con los europeos ha sido, no obstante, traumático. Uno de los mejores ejemplos de este proceso es el llamado culto cargo, muy extendido por todas las islas.

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