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India

Desarrollo


La primera impresión de los viajeros portugueses cuando arribaron a la India fue la de un país inmensamente rico y floreciente, donde los productos alimenticios eran abundantes y baratos. La gran mayoría de la población difícilmente podía compartir esta idea y se hubiese dado por satisfecha con tener al menos la supervivencia asegurada. La India era ya en el siglo XVIII un país muy densamente poblado, al que se le calculan para comienzos del siglo XVI unos 100.000.000 de habitantes. A pesar de la producción exuberante, que tanto admiraba a los europeos, la alta densidad de población motivaba la precariedad de la alimentación, y la nula comercialización de los productos básicos hacía que cualquier alteración del frágil equilibrio entre población y cosecha pudiese provocar escasez, hambre y muerte. La reorganización del sistema fiscal llevada a cabo por Akbar tenía por finalidad tanto la obtención de los recursos necesarios para mantener el Imperio unido, como la elevación del nivel de vida del campesinado lo suficiente como para posibilitar la reinversión de cara a la mejora de los rendimientos, que, a su vez, permitirían el aumento de la base impositiva. Esta reorganización estuvo así en la base del éxito del Imperio mogol en la India, pues proporcionó los medios de pagar una administración y un ejército unitarios. A pesar de sus riquezas en productos de lujo, la India era un país eminentemente agrícola, sector de donde habían de recaudarse la mayor parte de los impuestos. Uno de los grandes aciertos del gobierno de Akbar fue el haber levantado un catastro con la clasificación de las calidades del suelo, para poder imponer las contribuciones de la forma más ajustada a la realidad. Este impuesto sobre la tierra sustituía a numerosos gravámenes locales, lo que en definitiva mejoró la situación del campesino. En buena parte de la península fueron recuperados por la Corona numerosos feudos y sus rentas. Y se prefirió la utilización de funcionarios pagados por el Estado para el cobro de impuestos antes que el arrendamiento de las rentas, aunque tal medida no se llevase a rajatabla cuando se consideró conveniente.

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