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Datos principales


Desarrollo


Sin embargo, el rumbo imparable de los tiempos hizo que se permeabilizasen nuestras fronteras tras unos años de introversión y autarquía, que nuestros arquitectos viajasen y comprendiesen que esta arquitectura -cara, desfasada y producto de la crispación postbélica- no tenía porvenir. El mismo Gutiérrez Soto, tras un viaje por América, decidió cambiar un proyecto historicista por otro más moderno para sus Oficinas del Alto Estado Mayor (1951-1954. C/ Vitruvio-Paseo de La Castellana, Madrid). Francisco Cabrero, tras un viaje por Italia, realiza junto con Rafael de Aburto el Edificio de Sindicatos (1950-1956. Actual Ministerio de Sanidad y Consumo. Paseo del Prado, Madrid), otra obra de transición. Se trata de la paulatina asimilación de la arquitectura moderna por parte del Estado, tal como demuestra el Gobierno Civil (1956-57/1959-63, Tarragona) de Alejandro de la Sota, el Poblado de Entrevías (1956, Madrid) de F. J. Sáenz de Oíza, o el Pabellón de los Hexágonos (Exposición Universal de Bruselas-1958) de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún. Igual que la Iglesia católica y las órdenes religiosas tendrán en Miguel Fisac el arquitecto capaz de revolucionar el edificio de culto tradicional, adaptándose a las corrientes modernas. Por otra parte, debe señalarse la pronta recuperación de la arquitectura moderna en el ámbito catalán, más propenso al trabajo en equipo. Con motivo de la celebración de la V Asamblea Nacional de Arquitectura (1949) -en la que se habló de Gaudí, de Le Corbusier, de Wright, incluso F.

Mitjans lo hizo del olvidado oficialmente GATEPAC-, los ánimos se avivaron. Y al igual que se unen otros artistas en grupos de ruptura -caso de Dau al Set (1948-1941, Barcelona) y luego El Paso (1957-1960, Madrid)-, enseguida surgirá el efímero grupo R (1951. Oriol Bohigas, José Antonio Coderch, Joaquín Gili, Antonio de Moragas, José Pratmarsó, José María de Sostres, Manuel Valls), que inauguraba su primera exposición en las Galerías Layetanas de Barcelona (6-XII-1952), recuperando la arquitectura moderna como renovación. La arquitectura española ha podido registrar desde entonces, hasta el inicio de la llamada postmodernidad en los años setenta, todas las variadas e imbricadas tendencias internacionales (racionalismo, funcionalismo, organicismo, etc.), dimanadas de los grandes padres de la arquitectura moderna: Le Corbusier, Gropius, Mies van der Rohe, Wright, Aalto. Incluido en un primer momento el influjo del GATEPAC como difusor de las más genuinas y ejemplo a seguir, en ese sano interés por mejorar el medio de vida de los semejantes que antes caracterizaba al arquitecto. Sin embargo, esta evolución, condicionada por nuestra situación económica y cultural, que culmina actualmente en un momento en que se hace la mejor arquitectura en España -comentario que difícilmente podría aplicarse a las demás artes plásticas-.

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