Compartir


Datos principales


Desarrollo


La ciudad de Melilla tiene su origen en una fundación fenicia, llamada Rusadir. A partir del siglo VI a.C. fue ocupada por los cartagineses, jugando un importante papel en su lucha con los romanos por el dominio del Mediterráneo Occidental. Los cartagineses fueron desplazados más tarde por los romanos, que establecieron en ella una colonia y en la que llegaron a acuñar moneda. Vándalos y visigodos se establecieron en ella a comienzos del siglo V d.C. Durante la expansión árabe, fue incorporada por Abd al-Rahman III al Califato de Córdoba a finales del s. IX. En el siglo XIII pasó a pertenecer a los meriníes de Fez, viéndose perjudicada por los enfrentamientos entre Fez y Tremecén. Su principal actividad económica en esta etapa es la piratería, y parece ser que es ahora cuando comienza a llamarse Melilla. Su posición estratégica en el norte de África, como avanzadilla defensiva frente a un posible ataque musulmán sobre la Península, hace que los reyes castellanos se planteen su conquista. A finales del siglo XV el duque de Medina Sidonia, Juan de Guzmán, pone a Pedro de Estopiñán y a Francisco Ramírez de Madrid al frente de unas tropas, con las que emprenden la toma de la ciudad. Ésta se produce el 17 de septiembre de 1497, comenzando entonces a ser construida una ciudad cristiana sobre las ruinas de la musulmana. Es a partir de este momento cuando se construyen sus monumentos cristianos más antiguos, como la capilla gótica y la puerta de Santiago.

A pesar de ser incorporada a Castilla, esta plaza fuerte es constantemente hostigada desde el Norte de África, una característica que perdurará a lo largo de los siglos siguientes, sucediéndose los periodos de paz con los de guerra. Este carácter fronterizo hace que no sea extraño que, entre los siglos XVI y XVIII, el mayor esfuerzo se dedique a dotarla de adecuadas murallas y torreones. Punto intermedio entre la Europa cristiana y el Magreb islámico, Melilla se convirtió en puerto de salida de los productos marroquíes, fundamentalmente del mineral de hierro del Rif. Sin embargo, la independencia de Marruecos perjudicó a Melilla, haciendo decaer su volumen de negocio. No obstante, pudo rehacerse gracias a su condición de puerto franco. Melilla pasó a ser una ciudad autónoma, con órganos de gobierno propios, a partir de 1995, desarrollando así las posibilidades de autonomía establecidas por la Constitución de 1978.

Obras relacionadas


Contenidos relacionados