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Datos principales


Rango

Arte Español Medieval

Desarrollo


Todavía más escasos son los restos de pintura mural paleocristiana hallados en España debido a la deficiente conservación de las estructuras y las remociones de época avanzada. En Centcelles y debajo de los mosaicos de la cacería aparecieron restos de pintura mural formando recuadros (frente a la disposición corrida del mosaico) con el busto de una figura femenina, unos edificios y algunos mosaicos paleocristianos. Llama la atención la ausencia de figuración (alegórica), sin duda por el uso religioso concreto. Los esquemas compositivos de Elche entroncan con la musivaría del Norte de África del siglo IV También se han apuntado paralelos del área adriática e italiana y gala, e hispanos de la Meseta y Navarra. En la iglesia de Santa María de Tarrasa apareció otro mosaico de composición decorativa caprichosa. Se asemeja a una especie de centón de múltiples recuadros de escasa organicidad con un medallón en su centro, hecho con sogueado y relleno de un entramado reticular centrípeto. El resto del mosaico muestra motivos sin fin geométricos, muy próximos ya a los gustos ornamentales y visigodos. Se han citado paralelos africanos, aunque se podría ampliar a todo el Mediterráneo perfectamente. El mosaico se fecha con alguna dificultad en la segunda mitad del siglo V. Los mosaicos pavimentales baleares se caracterizan por su unidad técnica y decorativa, que hace sospechar un taller común o talleres muy relacionados.

Otra característica es presentar iconografía figurada alegórica o en relación con lo cristiano. También se ha señalado su escasa subordinación compositiva a la arquitectura basilical, frente a Tarrasa y Elche. Su cronología es también distinta de los peninsulares: avanzado el siglo V. Santa María de Mallorca tuvo un mosaico hoy conocido sólo por dibujos antiguos. En su nave central aparece un recuadro con varias fajas decoradas con figuraciones bíblicas difícilmente reconocibles: escenas del Antiguo Testamento; del ciclo de José con personajes identificados con letreros; una escena de Adán y Eva desnudos en el Paraíso, representado por motivos vegetales que salpican la escena; un motivo paradisíaco (el Paraíso -Paradysum o jardín pagano- asimilado al Edén cristiano) con animales. Se han aducido paralelos orientales y africanos a este mosaico que se fecha en la mitad del siglo VI aproximadamente. Otro mosaico perdido es el de Son Peretó de Manacor (Mallorca), en cuya nave central y en bandas tendría una escena paradisíaca con palmeras y motivos geométricos con aves, de nuevo iconografía paradisíaca. En las naves laterales había racimos de vid y fitomorfos, temas que se adaptan muy bien a lo cristiano. En Es Fornas de Torelló el mosaico apareció en el presbiterio de la iglesia al pie del altar; tiene tres recuadros, dos unidos por un motivo de pelta como en Vega de Mar. El cuadro superior, bordeado de imitaciones de engastados de la joyería contemporánea, presenta tallos de vid con pájaros entre sus roleos, que salen de una crátera gallonada, de resabio tardorromano, con dos pavos reales afrontados.

Esta iconografía procede del mundo pagano, en el que se relaciona con el ciclo báquico, pero tiene una lectura cristiana, donde la simbología alegórica del pavo es conocida. En otra escena se aparecen dos majestuosos leones afrontados a un pino o palmera entre lotos. Claramente emparentado con el anterior es el mosaico de L'llleta del Rei, en Mahón, con un cuadrado central y con cuatro cráteras en las esquinas, de las que surgen unos animales. Su estilo es similar en calidad a los mosaicos y no está muy bien explicada su relación con ellos. La basílica de Santa María del Mar de Barcelona tiene también restos de pintura mural pero siguiendo las pautas tardorromanas de imitaciones de mármoles o crustrae marmóreas de varios colores. Estas pinturas aparecieron en el muro lateral del lado de la Epístola y se fechan en el siglo VI. La única figuración verdaderamente cristiana es la de Troya (Portugal). En un aula funeraria cristiana se ha encontrado pintura organizada en casetones policromos lisos y con motivos sin fin al estilo de los mosaicos. Uno de ellos muestra un crismón dentro de un círculo almenado (como en los mosaicos sepulcrales) flanqueado de aves y hiedras. Su cronología debe ser constantiniana.

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