La metalurgia prehistórica de las Islas Baleares

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Datos principales


Rango

Prehistoia Balear

Desarrollo


A lo largo de la prehistoria balear, distintas tecnologías -talla lítica, fabricación de cerámica...- fueron utilizadas para elaborar los utensilios cotidianos empleados para cubrir las distintas necesidades de la población. Con escasos contactos exteriores y además probablemente de carácter esporádico hasta fechas avanzadas, las gentes de época talayótica y pretalayótica fabricaron útiles líticos bastante rudimentarios y series cerámicas que no destacan ni por su variabilidad ni por sus calidades técnicas. Sin embargo, la metalurgia -primero cobre, luego bronce y por fin hierro- aunque nunca fue abundante logró piezas de gran relieve y notable personalidad, que recrean en múltiples ocasiones producciones de inspiración foránea y dotadas de características bien singulares. Ciertos tipos de armas, objetos de adorno personal o de prestigio social y una variada estatuaria de pequeñas dimensiones ejemplifican este último apartado, como muestra de la capacidad creadora de los primeros habitantes de las Baleares. Entre las armas destacan las espadas de puño macizo, sin duda un elemento clásico de la metalurgia balear. Constan casi siempre de dos piezas independientes, la hoja y el puño, que se unen mediante roblones, excepto en algún caso, como el de la espada de Ses Salines. La empuñadura consta de una guarda que abraza el arranque de la hoja; su huso se reduce a un sencillo junco cilíndrico y el pomo presenta aspecto discoidal, a veces rematado por un pivote.

Las hojas deben carecer casi siempre de lengüeta, con nervio muy sencillo o más marcado y, en ocasiones, incluso de tendencia al perfil pistiliforme. Tipológicamente, las espadas talayóticas son muy diferentes a las que aparecen a partir de inicios del Bronce Final en la Península Ibérica y recuerdan más bien a prototipos centroeuropeos, también detectados en el norte de Italia.Una variante muy característica de Mallorca es el machete del depósito de Lloseta. Un depósito es un hallazgo cerrado formado por un conjunto de objetos que verosímilmente han sido ocultados en un mismo momento, ya sea como ofrenda o como tesaurización o escondite en momentos de inestabilidad. La pieza de referencia tiene la hoja ligeramente curva y el puño estrecho rematado por un disco plano. Por sus características físicas parece un objeto más decorativo que funcional, algo que también sucede con algunas de las espadas de puño macizo, como si se tratara de piezas de prestigio personal o armas de parada más que de combate. Con la finalidad de servir al atuendo personal y al prestigio de sus propietarios se fundieron también pectorales y torques. Los primeros son piezas de forma creciente, formadas por varillas cilíndricas que se estrechan progresivamente hacia los extremos donde se embuten en unos pequeños cuerpos triangulares perforados para ser colgados. El número de varillas oscila entre las 4 de Son Foradat y las 12 de Lloseta, ambos de Mallorca. El pectoral menorquín de Serra Mercadall lleva 10 y los dos del depósito mallorquín de Son Pizá 9 y 7.

Son piezas muy particulares de las Baleares, hasta el punto que se pueden considerar como una creación local, al margen de ciertos parentescos rastreables hacia el norte de Alemania. Los torques, que normalmente se han encontrado en contextos de carácter funerario formando parte del ajuar de un difunto, se fabrican a partir de un junco de bronce de grosor constante y con remates de extremos vueltos, hasta formar incluso un bucle, o simplemente afilados con un pequeño botón al final. Aunque se encuentran individualizados, no puede descartarse que se hubieran fabricado asociando varios de ellos, hasta constituir auténticas gorgueras, incluso con elementos colgantes a modo de decoración complementaria, como aparecen en el sur de Francia. Piezas sencillas se conocen en Cataluña a partir del 700 a. C., desde donde pudieron pasar hasta las Islas. Otros muchos objetos pueden incluirse dentro de este apartado. Así, por ejemplo, son notables las hachas de bronce fabricadas en distintos tipos, las puntas de lanza tubulares, las cuchillas de hoja triangular o acorazonada, los regatones o los cinceles. El grupo de las hachas destaca entre todos los demás por su considerable número. Hay hachas planas de filo semilunar y talones más o menos largos, y hachas de cubo de diferente anchura, con y sin anilla para enmangar. Igualmente, puede recordarse la presencia de espejos, espirales y ajorcas cuya función como elementos relacionados con la ornamentación personal parece indiscutible.

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