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Datos principales


Rango

Navarra Baja Edad Media

Desarrollo


Encerrada entre Aragón y Castilla Navarra mantiene una política de equilibrio entre ambos reinos, y neutraliza los ataques de uno con el apoyo del otro, y los de ambos mediante alianzas al Norte de los Pirineos, alianzas que llevarán al trono navarro a Felipe IV, heredero de la corona francesa. Aunque es rey de Navarra desde su matrimonio con la heredera Juana, Felipe IV de Francia no reina de hecho hasta la muerte en 1284 de su padre Felipe III, que actuó con toda libertad después de 1276. De nada sirvió la reconstrucción de las antiguas hermandades o la creación de otras nuevas ni el envío de embajadas pidiendo a los reyes que se respetara la norma por la que nadie podía ser preso si daba fiadores suficientes de acuerdo con el fuero; y ni siquiera tuvieron ocasión los navarros de ver a su reina y al marido de ésta jurar los fueros: si quieren recibir el juramento habrán de enviar sus representantes al reino de Francia, condición que en la práctica anula todas las demás condiciones puestas al rey extranjero; el nacionalismo navarro se manifiesta en el recordatorio de que Felipe IV es rey sólo en cuanto marido de Juana y, en consecuencia, si muere la reina, Navarra pertenecerá al hijo del matrimonio, y si el matrimonio no tuviera hijos, el Reino volvería a sus legítimos propietarios, a los navarros. A la muerte de Juana en 1307, los navarros piden que el nuevo rey, Luis el Hutin, acuda a jurar los fueros y mientras no lo hiciera no aceptarían a sus representantes, según se acordó en reunión celebrada en Estella en 1306 con asistencia de la "universidat de los infançones del regno de Navarra y las comunidades de las bonas villas", cuya presión obligó a Luis a acudir por primera y última vez a Pamplona donde juró los fueros e impuso el orden francés en el reino, según los cronistas de la época, que le atribuyen la destitución de oficiales navarros y el nombramiento de franceses, la imposición de fuertes multas a los clérigos, infanzones y menestrales que se habían distinguido en la negativa a aceptarle como rey mientras no jurara los fueros, y la prisión de algunos riscoshombres y nobles.

Rey teórico de Navarra desde 1305, Luis sólo reinó de manera efectiva durante el año y medio transcurrido entre la muerte de su padre en 1314 y la suya propia en 1316. Con su muerte desaparece la ficción de la independencia navarra y el reino, junto con el de Francia, pasa al hermano de Luis, Felipe, y no a su hija Juana, a la que correspondía según el derecho navarro; al morir Felipe sin herederos varones, en 1322, su hermano Carlos pide a los navarros que acudan a prestarle y recibir su juramento en Toulouse y aunque éste no tuvo lugar, las villas designaron a sus representantes, en enero de 1324, con poderes para prestar y exigir el juramento en términos similares a los de sus antecesores en el trono de Francia-Navarra. La experiencia francesa no fue positiva para los navarros, obligados a acudir a Francia y a aceptar oficiales extraños y contrarios a sus fueros por lo que al fallecer, también sin hijos varones, el tercero de los hijos de Felipe IV, los navarros se conjuraron para ofrecer y guardar el reino "a qui deve regnar o a qui drecho lo oviere de heredar", es decir a Juana, hija de Luis el Hutin, casada con Felipe de Evreux. La recuperación de una dinastía propia se manifiesta una vez más en la puesta en vigor de la vieja fórmula navarra de proclamación de los reyes, en Pamplona, alzándolos sobre el escudo; los reyes jurarán respetar los fueros, mantener estable la moneda, repartir los bienes del reino con los súbditos y naturales; no poner más de cinco oficiales que no sean naturales y nacidos en el reino; dejar los castillos y fortalezas en manos de hidalgos naturales y nacidos, "habitantes e moradores en el dicho regno de Navarra, e no en mano de estrangero ni estrangeros algunos".

Juana es la reina y como tal transmite el reino a su hijo por lo que cuando éste llegue a los veintiún años, Felipe de Evreux renunciará al gobierno y entregará el reino con sus castillos y fortalezas a su hijo; si muere la reina sin descendencia, los Estados podrán entregar el Reino a quien corresponda por legítima herencia. Los gastos realizados por Felipe de Evreux para conseguir la renuncia de otros candidatos a sus posibles derechos sobre Navarra son compensados por la reina y la Corte General con la cantidad de cien mil libras de sanchetes o torneses chicos, hasta cuya entrega Felipe tendría el gobierno del reino; con esta fórmula se reconocen los derechos de Juana y se legaliza el gobierno de su marido. Los reyes eligieron un Amo y doce hombres buenos, cuerdos y sabios para que, en el caso de que los reyes fallecieran antes de que el heredero fuera mayor de edad, rigiesen, gobernasen y guardasen el Reino de Navarra en su nombre. El primer Amo será el Gobernador nombrado por los reyes, Enrique de Sully, y los doce serán tres clérigos encabezados por el obispo de Pamplona, seis nobles (cuatro ricoshombres y dos caballeros) y tres representantes de las buenas villas.

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