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Datos principales


Rango

Hispania Alto Imperio

Desarrollo


En el territorio recientemente conquistado del Norte el programa urbanizador de Augusto reviste una dinámica distinta, que se relaciona con las características diferenciadas en el orden histórico que poseen los distintos pueblos recientemente sometidos; en este sentido, la información que nos proporciona Floro nos indica claramente que Augusto utiliza como centros de población la propia infraestructura de los campamentos de las legiones que intervienen en la conquista, lo que arrastra inevitables desplazamientos de las poblaciones indígenas desde la montaña al llano. Al menos en dos de los centros esenciales, cuya denominación remite a Augusto y que se encuentran ubicados en la zona de operaciones militares, se constata materialmente este proceso. Tal ocurre con Iuliobriga (Retortillo, cerca de Reinosa), que se origina hacia el 26 a.C., junto a un poblado celta, y en cuyos alrededores se ubica el campamento de la legión IV Macedónica, y en Asturica Augusta (Astorga), que se encuentra ligada en su fundación a la Legio X Gemina, que participa en la conquista del Norte y permanece en Hispania hasta el 68 d.C. Semejante proceso de urbanización no constituye el único instrumento de la política de Augusto tendente a crear centros urbanos destinados a controlar el territorio anexionado de la Hispania septentrional. Las propias posibilidades que ofrece la realidad indígena fueron instrumentalizadas con el mismo objetivo; tal ocurre en el caso de Lucus Augusti (Lugo), donde la fundación de la ciudad romana utiliza las posibilidades aglutinadoras de un santuario indígena dedicado al dios Lug; o en el de Bracara Augusta (Braga), que pudo surgir por un proceso de sinecismo realizado a partir de un asentamiento prerromano.

La trascendencia y el significado que esta dinámica posee en el Norte de la Península se aprecia en el mero hecho de que tres de los centros mencionados, como son Lucus Augusti, Bracara Augusta y Asturica Augusta constituyen las capitales de los respectivos conventus que organizan administrativamente este territorio. No obstante, las peculiaridades que el proceso posee en la zona, en clara relación con el contexto protourbano del mundo indígena en el que se enmarcan, se aprecia en el hecho de que la mayoría de estos centros tan sólo adquiere un estatuto privilegiado en una época posterior. La importancia del programa de urbanización de Augusto, materializado en las promociones estatutarias y en las correspondientes reorganizaciones territoriales y urbanísticas, no evita subrayar las limitaciones que posee en el conjunto de las provincias hispanas, donde la mayor parte de los centros urbanos y de los pueblos existentes permanece en la situación de estipendiarios, derivada de su conquista mediante una rendición sin condiciones, lo que implica la privación de derechos y la explotación mediante impuestos específicos. La nueva situación se refleja en la información que Plinio el Viejo recopila en su Naturalis Historia procedente del mencionado inventario que Agripa realiza en época augústea. En la Betica se cataloga la existencia de 175 poblaciones de las que 9 son colonias, 10 municipios de ciudadanos romanos, 27 poseen el derecho latino antiguo, 6 son ciudades libres, 3 federadas, y 120 son estipendiarias. La Citerior Tarraconense consta de 179 poblaciones organizadas en 12 colonias, 13 municipios de ciudadanos romanos, 18 municipios latinos, 1 ciudad federada y 135 pueblos estipendiarios. La Ulterior Lusitania cuenta con 45 pueblos, de los que 5 son colonias, uno municipio de derecho romano, 3 municipios de derecho latino y 36 pueblos estipendiarios.

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