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Datos principales


Rango

Hispania republicana

Desarrollo


La conquista de la Península no fue llevada a cabo sólo con las tropas romanas sino con el apoyo de los indígenas. Ya desde la época de la II Guerra Púnica, las legiones romanas comenzaron a contar con los celtíberos que se situaban junto a las tropas auxiliares. Desde el siglo V a.C. hay noticias de iberos/hispanos formando parte de ejércitos extranjeros como mercenarios: los encontramos en Grecia y en Sicilia. Los cartagineses se sirvieron igualmente de hispanos, de unos como aliados que se costeaban su equipo y sus gastos pero de otros como mercenarios. Gran parte de los soldados que Aníbal llevó a Italia eran hispanos. El fracaso inicial de los dos Escipiones en el alto Guadalquivir se debió en gran parte a la retirada del apoyo que le prestaban los celtíberos. Poco más tarde, otros celtíberos ganaron la batalla en favor de Catón al abandonar a sus aliados turdetanos. No es, como a veces se ha dicho, que los hispanos fueran muy belicosos; las malas condiciones económicas de algunas poblaciones obligaban a que muchos buscaran en la guerra un medio de subsistencia. Roldán ha visto bien que, hasta fines del siglo II a.C., la colaboración de los hispanos en el ejército romano, aunque frecuente, no era sistemática. Los cuadros legionarios estaban formados por ciudadanos romanos y las tropas auxiliares las componían los latinos. Los hispanos se incorporaban como refuerzos y generalmente divididos en múltiples grupos y bajo estandartes distintos.

Con la reforma militar de Mario y con la masiva concesión de derechos de ciudadanía a los latinos itálicos, Roma empieza a reclutar provinciales para sus tropas auxiliares. Y en esas fechas de comienzos del siglo I a.C., ya había un nutrido grupo de latinos en la Península Ibérica. A partir de entonces, Hispania proporciona una parte de las tropas auxiliares al ejército romano y continúa aportando contingentes de tropas de apoyo especializadas. Tales eran los honderos baleáricos. Grupos de bardietas del Norte formaban la guardia personal de Mario. Nos consta además que, durante la guerra social, grupos de hispanos estuvieron en Italia; así se testimonia por la plancha de bronce hallada en Ascoli, en el Piceno: el texto del bronce nos cuenta que un escuadrón de caballería de hispanos que luchaba en apoyo del padre de Pompeyo el Grande recibió la ciudadanía romana en recompensa a sus méritos militares en el año 89 a.C. Por el listado de nombres y la mención de sus lugares de origen, sabemos que procedían de diversas comunidades del valle medio del Ebro: de Salluia, Bagara, Segia, Ilerda, etc. (Dessau, 8.888). Durante la Guerra Sertoriana así como en la fase final de la República, durante las guerras entre cesarianos y pompeyanos, la participación de los hispanos en el ejército romano fue habitual. El incremento de ciudadanos romanos en Hispania permite entender que se llegara a reclutar una legión puramente hispana.

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