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Datos principales


Rango

Periodo prerromano

Desarrollo


Es éste quizá uno de los aspectos de la sociedad indígena del área indoeuropea que no han merecido por parte de los investigadores la misma atención que otros. Por ejemplo, si lo comparamos con la organización social donde, desde los primeros trabajos de Schulten, se han ido produciendo avances importantes procedentes de campos diversos: historia, lingüística, antropología, etc. La actividad económica ha sido objeto de menos estudios que, en líneas generales, no han supuesto una gran aportación. La mayor parte de ellos tienen un carácter eminentemente descriptivo, concediendo gran importancia a la enumeración de las actividades económicas que desarrollan esas comunidades o sus miembros y de los productos que esas actividades generan. Se suele prestar poca atención a la comprensión de la actividad económica dentro de todo el entramado social, es decir, relacionando a la economía con los demás niveles de la misma. No obstante, en los últimos años se han realizado algunos trabajos en los que sí se ha intentado esto. Las razones que explican esta descompensación en el análisis son varias y, entre ellas, podemos resaltar, por un lado, la propia evolución de la ciencia de la Historia en general y de la Historia Antigua en particular (sólo modernamente ha habido corrientes historiográficas que consideran que la economía, junto con la política, juega un papel determinante en el desarrollo de los procesos históricos), y, por otro, el propio carácter cuantitativo y cualitativo de las fuentes de información de que disponemos.

Otro de los rasgos que caracterizan estos estudios sobre la organización económica es la ausencia de un planteamiento metodológico coherente que sirva como instrumento de análisis. Como consecuencia de ello se produce un uso erróneo de una terminología económica propia aplicable a sociedades modernas, pero inaplicable para sociedades antiguas. El uso de estos conceptos lleva a oscurecer y confundir la realidad haciendo más dificil su análisis y comprensión. Por ejemplo, cuando se habla de "capital" o "capitalismo agrícola o pecuario" en el contexto histórico del área indoeuropea para intentar explicar el fenómeno del bandolerismo lusitano enfocándolo, además, como "un movimiento de rebeldía de clases sociales desamparadas". Así pues, en muchos de estos trabajos el resultado que se obtiene son una serie de afirmaciones y conclusiones que resultan obvias con la lectura de las fuentes o valoraciones arriesgadas derivadas de asociaciones incorrectas que llevan a reconstrucciones erróneas de la realidad histórica. Pero hay también otros estudios que intentan analizar la actividad económica integrándola y relacionándola con el conjunto de la estructura social, estudios que se han realizado siguiendo la teoría de la evolución de las sociedades humanas elaborada a partir de los trabajos de Morgan, como hemos visto anteriormente. Esta visión del mundo indígena implica la existencia de una serie de características que Morgan define para la sociedad iroquesa y que hacen referencia también a la organización económica: el clan tiene como base la igualdad y, como consecuencia, se produce una estricta igualdad de derechos sobre la tierra, es decir, existe la propiedad comunal.

Es de esta base de la que parten historiadores como Vigil en su análisis de la economía del área indoeuropea y posteriormente Salinas estudiando a los vettones y celtíberos. Aunque sus trabajos suponen un avance respecto a otros anteriores, al tratar de explicar esta faceta de la actividad humana dentro de la estructura social, hay una cuestión metodológicamente peligrosa, la aplicación de un modelo cerrado ya establecido en el que deben encajar los datos de las fuentes, lo que a veces produce la impresión de que los datos son tomados más con la intención de corroborar una teoría inicial establecida de antemano que con la de reconstruir a partir de ellos la organización de la sociedad, su estructura económica y su funcionamiento. En este sentido, se produce un esfuerzo por suplir la falta de información sobre determinados aspectos de la economía de un pueblo concreto mediante la utilización de los testimonios pertenecientes a otro pueblo. Los ejemplos más claros son dos: la propiedad de la tierra entre los vettones y celtíberos, a quienes se atribuye un sistema de organización gentilicia y a los que, por ello, de acuerdo con el esquema de Morgan, les correspondería un tipo de propiedad comunal, a partir del texto de Diodoro (5, 34, 3) que hace alusión a la propiedad comunal de la tierra entre los vacceos. El dato de Diodoro se utiliza, pues, como norma general. En otras ocasiones este dato se interpreta un poco a la inversa, es decir, a partir del texto de Diodoro se afirma tajantemente que los vacceos conservan un régimen tribal muy puro.

Es decir, si la propiedad comunal de la tierra es una característica de la organización gentilicia y si el texto de Diodoro se interpreta como tal, puede hablarse de este tipo de sociedad. Ni las fuentes literarias, ni los datos transmitidos por la arqueología son abundantes ni claros a la hora de realizar el análisis de la estructura económica, e incluso en ocasiones son contradictorios. Partiendo de estas premisas vamos a analizar tres aspectos que consideramos esenciales dentro de la estructura económica: los sectores de producción y los productos, la propiedad de los medios de producción y el destino final de los productos. A pesar de la fragmentariedad de las informaciones hay una diferencia bastante clara entre los celtíberos y los pueblos del valle del Duero y Tajo y los pueblos del Norte. En las áreas de los Celtíberos y valles del Duero y Tajo existe una agricultura de cereales de secano, una ganadería bastante desarrollada y la extensión del uso del hierro. De una forma más pormenorizada por pueblos podemos decir que: a. Entre los celtíberos citeriores, lusitanos y vettones la base fundamental de su economía es la ganadería (son famosos los verracos del área de los vettones), destacando dentro del ganado menor las ovejas y las cabras y en el ganado mayor la ganadería y el pastoreo de caballos. En el año 140-139 a. C., Numantia (Numancia) y Termantia (Termes) entregaron a los romanos, entre otras cosas, 3000 pieles de buey y 800 caballos, cantidad muy importante para sólo dos ciudades.

b. Los arévacos y pelendones se dedican a la ganadería/pastoreo y a la agricultura, desarrollando una agricultura no demasiado importante de cereales en tierra de secano y de huerta en los márgenes de los ríos. c. Los carpetanos tenían en la ganadería una de las riquezas fundamentales, aunque la agricultura era más importante que entre los celtiberos. Hay un indicio bastante claro de que tenían una economía más próspera que otros pueblos de la Meseta, las frecuentes incursiones que realizaban los lusitanos para aprovisionarse de productos de los territorios de los carpetanos. d. Parece probable por los datos de las fuentes que los vacceos se hubieran expandido por el sur a costa de los vettones controlando las mejores tierras ganaderas al sur del Duero. La agricultura está muy desarrollada en su territorio tanto al norte como al sur del Duero, por ejemplo en Cauca (Coca), donde conocemos por las fuentes que se produce la acumulación de exceso de producción que destinan a la industria bélica para ayudar a los arévacos y para el abastecimiento del mineral para fabricar armas. En este grupo de población debió tener también gran importancia la actividad ganadera/pastoril, como demuestra el hecho de que en el año 151 a. C. Lúculo, general romano, recibiera de los caucenses, además de rehenes y talentos de plata, fuerzas de a caballo; por su parte los de Intercatia hubieron de entregarle ganado y 10.000 sagoi (prendas hechas de lana de oveja); finalmente los de Pallantia (Palencia) le ofrecieron dura resistencia gracias a su caballería.

Se trata de una región especialmente apta para los cultivos cerealísticos, donde se hallan incluso poblados de una fase antigua de la época indoeuropea de antes de la mitad del primer milenio, que presentan las características de un grupo de población predominantemente agrícola (es el caso del Soto de Medinilla en vías de excavación). e. Los autores antiguos hablan de la fecundidad de las tierras de los lusitanos, de la abundancia de frutos y de que sus ríos son navegables y con oro. Sí parece cierto en las tierras costeras, donde se produce un temprano desarrollo de una agricultura y ganadería próspera, aunque con fuertes diferencias sociales y económicas, con Astolpas y Viriato como ejemplo, pero no para el interior, donde grandes masas de gente depauperada no tienen otra salida que el pillaje y el bandolerismo. En cuanto a la economía desarrollada entre los pueblos establecidos a ambos lados de la cornisa cantábrica es preciso citar: a. Los turmódigos ocupan dos zonas claramente delimitadas, una llana donde se desarrolla la agricultura y una montañosa donde se impone el pastoreo. b. Los autrigones, caristos y várdulos desarrollan una economía mayoritariamente pastoril, aunque hay también importantes zonas agrícolas en el territorio que ocupaban en la actual provincia de Burgos y en Álava (La Llanada). c. Los vascones tienen una economía diferenciada, según se trate de la zona montañosa (pastoril/ganadera) o de las fértiles tierras del valle del Duero (agricultura y horticultura).

d. Dentro de los cántabros, astures y galaicos hay dos sectores claros y diferenciados: el agropecuario y el minero. Según los datos de las fuentes literarias y la arqueología, no cultivaban ningún cereal para la elaboración del pan (Plinio, NH 16, 15 y Estrabón 3, 3, 7 y 3, 4, 18, donde afirma que el ejército romano se vio obligado en las Guerras Cántabras a traer trigo de Aquitania). En contra tenemos, no obstante, el texto de Dión Casio (53, 29) en el que se nos dice que, cuando Augusto abandonó Hispania y dejó como legado a Lucio Emilio, envió a decir al legado que pensaban regalarle trigo y otros aprovisonamientos para el ejército. Es frecuente entre ellos, según Estrabón y Plinio, el empleo de las bellotas para hacer pan, bellotas que han sido halladas en distintos castros del Noroeste en los niveles arqueológicos de esta época (Castro de Coaña, castros bíbalos del valle del Búbal, castro de Vixil en Lugo, etc.). Otros productos de los que tenemos noticias en las fuentes literarias y arqueológicas son: un grano para hacer el zythos, bebida fermentada que utilizan en lugar del vino; el mijo y la escanda (la escanda aparece ya en el s. VIII a. C. en el Norte de España) y el vino, pero únicamente en algunos lugares de Galicia. En cuanto a la ganadería tenemos referencias en las fuentes al ganado equino, los famosos asturcones y tieldones de que habla Plinio y que pondera Silio Itálico, muy apreciados en Roma durante todo el Imperio, encontrándose también representados caballos en la diadema áurea de Ribadeo, y ganado caprino, base de la alimentación de estas poblaciones según Estrabón, así como objeto de sacrificio, junto con los caballos y prisioneros, a un dios indígena asimilado a Marte.

También tenemos en los restos de los yacimientos arqueológicos noticias de la caza, destinada a complementar la dieta y no como deporte, lo que sucede ya en época romana, y de la pesca, con ausencia de referencias en las fuentes literarias, pero habiéndose hallado en los niveles arqueológicos inferiores de los castros costeros pesos de redes y numerosos concheros. En los escritores greco-latinos de época altoimperial encontramos gran número de referencias a minerales. Se trata de oro (Estrabón, Plinio, Silio Itálico y Floro), estaño (Estrabón y Plinio), plomo (Estrabón y Plinio), cobre y hierro. El problema principal es asignar una cronología a estas explotaciones. Sabemos que ya se obtenía oro en época prerromana, con el que se hicieron las joyas castreñas, cuya área de difusión tiene mucho que ver con las explotaciones de época prerromana y romana, tanto beneficiando las arenas auríferas de algunos ríos, como con explotaciones del subsuelo, y además los términos empleados por Plinio en la descripción de las explotaciones son indígenas. Por otra parte en las minas de cobre se han encontrado herramientas de piedra y hueso para la obtención de mineral, así como utillaje de cobre prerromano en yacimientos arqueológicos. Por ello el texto de Floro (2, 33, 60) no debe entenderse en el sentido de que los romanos comenzaron a explotar las minas del Noroeste, sino que aceleraron la explotación indígena existente antes de su llegada.

A partir del texto de Diodoro (5, 34, 3) y siguiendo el esquema de Morgan, se ha pensado que entre los vacceos había propiedad comunal de la tierra, repartiendo cada año la tierra cultivable en suertes y asignando cada una de ellas para que fuese trabajada por las unidades suprafamiliares. El producto total pertenecía a la colectividad, que lo repartía a cada uno según sus necesidades; quien se apropiara fraudulentamente de alguna parte recibía el castigo de la pena capital. En opinión de Lomas, a primera vista la propiedad de la tierra y los frutos de la comunidad estaban por encima de las fracciones (gentes) y subfracciones (gentilitates). Pero este pretendido igualitarismo económico es desmentido por otras fuentes. Sabemos que existe una diferenciación social entre estas poblaciones, pues, cuando Aníbal sitiaba Helmantica, parlamentaron con él los hombres de condición libre, quedando en el interior de la ciudad los esclavos. La explicación del texto de Diodoro en clave de sociedad gentilicia sería la siguiente (Lomas): la tierra laborable era asignada a la gentilitas para que sus componentes la trabajasen colectivamente, siendo la propiedad de la gens o del populus. La gentilitas, a su vez, la asignaba a cada familia o miembro de la misma. El papel de la gentilitas sería de supervisión y administración. Entre los celtiberos tenemos también un indicio de esta posible propiedad comunal. En las excavaciones de Langa de Duero, realizadas por Taracena, se encontró dentro del poblado un edificio de proporciones mucho mayores que el resto de las casas y dentro de él gran número de herramientas agrícolas.

También en algunos textos de los agrimensores latinos (concretamente en Julio Frontino) se hace referencia a un tipo especial de campo a la hora de fijar las dimensiones con referencia a los tributos, englobando todo el territorio de un pueblo, sin tener en cuenta las divisiones que pudiera haber dentro de él. Por otra parte, en el territorio de los lusitanos encontramos un agudo contraste entre el rico propietario con una explotación técnicamente avanzada (Astolpas) y el menesteroso lusitano (Viriato). Según el texto de Diodoro (33, 7), hay que pensar en la concentración de la riqueza en manos de la aristocracia indígena. Por los pocos datos que tenemos hasta el momento, a partir de los análisis realizados por distintos autores, se puede afirmar que la mayor parte del producto de la actividad económica de estos pueblos se dedicaba a la autosubsistencia, produciéndose, según las fuentes, situaciones distintas. Sabemos que entre los vacceos había excedentes que se dedicaban a la industria bélica en ayuda de los vacceos y que también abastecían a este grupo de población de los celtíberos de mineral para armas. Por otra parte, deducimos que entre estas poblaciones la producción era en algunos casos deficitaria, porque se dedicaban a vender su fuerza como mercenarios (de los cartagineses en Sicilia en el s. V a. C.; de estos mismos en época de Aníbal); también aparecen como mercenarios de los pueblos del sur, teniendo noticias de que a comienzos del siglo II a.

C. los turdetanos opusieron a los romanos 10.000 mercenarios celtíberos, lo cual, aunque sea una exageración propia de un texto con una intención clara de sobrevalorar la potencia de Roma y de ahí la cantidad, no deja de confirmar la existencia de mercenarios. Este carácter supuestamente deficitario de la economía de estas poblaciones da lugar también al bandolerismo, en el cual hay que distinguir el bandolerismo surgido a causa de las desigualdades económicas y sociales dentro de un pueblo, es decir, las contradicciones dentro de un mismo grupo, y la práctica de expediciones depredadoras llevadas a cabo por todo un pueblo como fuente de aprovisionamiento para la autosubsistencia. Este hecho se produce o bien entre poblaciones que habían sido expulsadas de terrenos más fértiles o entre poblaciones que se hallaban en un estadio de desarrollo más primitivo. Los metales son usados a veces como elemento de trueque. Es lo que sucede, según Estrabón, con los trozos de plata recortada que utilizan las poblaciones del norte de la Cordillera Cantábrica para los intercambios.

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