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Datos principales


Rango

Periodo prerromano

Desarrollo


A pesar de haber afirmado que la agricultura y la minería constituían los principales sectores de producción en el área ibera, no debemos olvidarnos de la importancia de la ganadería, que, en algunos casos, como el de los oretanos, constituye la principal fuente de riqueza, en contraste con otras zonas básicamente agrícolas. La gran abundancia de esculturas con el motivo del toro en zonas cercanas a ésta y relacionadas con ella son buena muestra de lo dicho. A pesar de lo que a veces se escribe, la agricultura y la ganadería son dos actividades complementarias, pero, mientras puede existir ganadería sin agricultura, lo contrario es impensable, ya que ciertas especies de ganado son indispensables para la realización de labores agrícolas, sobre todo la tracción, tanto del arado como de otros instrumentos utilizados en la agricultura. Entre las especies de animales objeto de cría el caballo debió ocupar una situación preeminente por la propia organización social de los iberos y la organización militar existente entre ellos. Las fuentes así lo confirman, pues a las noticias de que la caballería ibérica actúa en todas las guerras del siglo III a. C. se une la gran cantidad de bocados de caballo aparecidos en las necrópolis y las representaciones en la cerámica de su doma y adiestramiento. En el Cigarralejo aparecieron gran cantidad de exvotos del siglo IV a. C. o anteriores con figuras de caballos, algunas fielmente caracterizadas.

También en El Cigarralejo aparece en el siglo IV un exvoto relacionado con el asno; se trata de una hembra con su pollino, lo que nos lleva a pensar también en su cría. Por su fuerza y gran alzada eran conocidos los mulos de la Península ibérica, especialmente los de Menorca. Asimismo el ganado vacuno era objeto de cría, como en la mayor parte de las zonas con economía ganadera. Para el transporte eran empleados bueyes y se conoce el episodio en el que, estando luchando los iberos contra Aníbal, aquéllos lanzaron contra las tropas cartaginesas carros incendiados tirados por bueyes. En la cerámica ibérica aparecen con profusión las representaciones de ovejas y cabras, apreciadas, sin duda, por su leche, su carne y, sobre todo, porque la lana de unas y el pelo de otras son usados para la fabricación de tejidos. Aunque no tenemos noticias en las fuentes de la cría del cerdo, las excavaciones arqueológicas realizadas en los poblados ibéricos han sacado a la luz restos de estos animales, por lo que debió ser criado como animal productor de carne. También hay evidencias arqueológicas de la cría de las abejas en Levante, donde tiene una tradición que se remonta al Mesolítico. La caza ha sido en todas las sociedades antiguas, incluso desde la aparición del hombre sobre la tierra, una forma primaria de aprovisionamiento de viandas, cuando aún no se conocía la agricultura y la ganadería. Cuando el hombre comenzó a cultivar la tierra y a criar ganado, esta actividad pasa a un plano secundario, convirtiéndose incluso en ocasiones en un deporte, como sabemos que ocurre en época romana por las noticias continuas de las inscripciones.

En los vasos de Liria aparecen con profusión escenas de caza, lo que da muestras de su importancia. Se conoce un vaso que está en el Museo de la Diputación de Valencia donde aparece representada una cacería en todos sus detalles: jinetes a caballo con dardos persiguiendo a una cierva, que lleva uno clavado, peces y un hombre de pie en una barca con un dardo en la mano derecha y escudo en la izquierda, figuras de peces alrededor del barco, posible representación de una red para cazar pájaros, etc. Hay otro vaso en el que dos individuos tratan de enlazar un toro, mientras otro trata de domar a un caballo. A pesar de que no podamos saber con exactitud si se trataba de representaciones reales o tenían un sentido religioso, el mismo hecho de su profusión debe hacernos pensar en que la caza tuvo gran importancia entre los iberos. Otra forma de actividad económica complementaria es la pesca. Han sido descubiertas grandes factorías en el litoral, sobre todo en los lugares de asentamiento de los fenicios, pero desconocemos por completo la participación de los iberos en estas actividades. La artesanía está muy relacionada con aspectos que veremos más adelante, cuando analicemos el arte ibero, pero no obstante sí conviene resaltar la cerámica indígena, realizada en algunos casos en hornos domésticos, como el que ha descubierto M. Roca en los hornos de Guadalimar del Caudillo, fechado en el siglo IV a.C., justo antes de que en el mismo lugar apareciera un vertedero de un alfar con características de producción en serie, por lo que podemos pensar que se pasó de una producción familiar a una producción a mayor escala. En la artesanía del metal es importante resaltar los miles de exvotos que han aparecido en los santuarios ibéricos, así como toda una serie de bronces de influencia orientalizante, sobre todo en la zona del Sudeste, que son similares a los bronces tartésicos. Finalmente es de suma importancia resaltar la aparición en el sector económico de trabajos complementarios, por ejemplo la relación cría de oveja-industria textil-industrias colorantes; entre cantería-carpintería-albañilería; entre minería-metalurgia-orfebrería, etc.

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