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Prehistoria

Desarrollo


En Europa occidental ha sido habitual hasta hace poco mantener una amplia identificación del Paleolítico Medio con el Complejo Musteriense. Hoy en día este paralelismo está en crisis, porque, como hemos visto, se piensa que el primero es un concepto tecnológico esencialmente. En Europa comienza a partir del Achelense Medio avanzado (situado a finales del Pleistoceno Medio, desde hace unos 250.000 años), mientras que el denominado Complejo Musteriense es una industria europea del Pleistoceno Superior, para algunos autores incluso sólo del Würm inicial (inicios en el 90.000; finales hacia el 35-30.000). El Musteriense fue originalmente definido por G. de Mortillet en el abrigo superior de Le Moustier (Dordoña, Francia) como época de la punta de mano. Tras el hallazgo de los enterramientos (?) de Spy (Bélgica), el Musteriense se identifica como la industria del hombre de Neandertal. A principios de siglo los trabajos de Commont, Peyrony, Breuil y otros determinan la existencia de diferentes tipos de musterienses (de tradición Achelense o MTA, de tipos pequeños, cálido...), nomenclaturas hoy en día en desuso en su mayor parte. Para Breuil sería un complejo cultural paralelo al Levalloisiense, industria definida en los depósitos de loess del norte de Francia en los años 30, con VII estadios. El hallazgo fundamental de esta etapa es el realizado por D. Peyrony en el abrigo inferior de Le Moustier -el superior había sido ya excavado en su totalidad-, al encontrar dos tipos de Musteriense distintos interestratificados.

Esto determinó que los distintos Musterienses no se considerasen etapas industriales, sino facies (industrias más o menos contemporáneas). En la posguerra se produce la adopción generalizada del llamado método Bordes en sus tres parámetros fundamentales: tipología y aparato estadístico, esquema cronológico del Pleistoceno Superior, refrendado posteriormente por los trabajos de H. Laville en los abrigos del Perigord, y valoración teórica de las unidades industriales. Hoy en día el paradigma bordesiano puede considerarse en crisis a causa de la revolución causada por las nuevas fechas TL para el Musteriense francés y del Próximo Oriente y los últimos hallazgos paleoantropológicos (St. Césaire) y la consiguiente reevaluación de las asociaciones culturales de los neandertales. A pesar de todo, la definición del Complejo Musteriense es inseparable del método Bordes ya que está condicionada por su utilización. En efecto, el porcentaje de raederas fue el criterio que en 1953 permitió a F. Bordes organizar los distintos Musterienses en los siguientes grupos: I) Grupo Charentiense. Caracterizado por tener muchas raederas. Contiene dos facies tecnológicas: Musteriense de tipo Quina, sin técnica Levallois, y Musteriense de tipo Ferrassie, con técnica Levallois. II) Índice de raederas medio. En este grupo se incluyen dos tipos de Musteriense de distinción tipológica: Musteriense típico, con un reparto instrumental equilibrado y prácticamente sin bifaces y Musteriense de Tradición Achelense (MTA), que tiene dos variedades importantes (tipo A, con numerosos bifaces, y tipo B, con un número discreto de bifaces, pero abundantes cuchillos de dorso típicos).

III) Bajo porcentaje de raederas, lo que equivale a decir, según el método Bordes, que tiene abundantes denticulados y muescas. Es el denominado Musteriense de denticulados. Cada uno de estos tipos puede presentar en teoría facies tecnológicas levalloisiense o no, pero en la práctica sólo la distinción entre los tipos Quina y Ferrassie tiene alguna relevancia a nivel clasificatorio. Existen otras industrias incluidas en este Complejo, como el Vasconiense, que según Bordes es un Musteriense que presenta hendedores. Restringido a la región cantábrica española (El Castillo, Morín, El Pendo...) y a la región vasca francesa (Abri Olha), hay muchos autores que niegan su distinción formal. La aplicación del método Bordes al Musteriense francés permite considerar que se trata globalmente de un Complejo que se caracteriza a nivel industrial por ser un repertorio monótono, mayoritariamente elaborado sobre lasca, aunque los hay con fuertes porcentajes de soportes laminares, que puede emplear o no la técnica Levallois y que consta de porcentajes variables de puntas, raederas, denticulados y muescas. En algún caso puede presentar bifaces cordiformes y triangulares (el MTA de tipo A) o atípicos (el resto). A nivel cronológico este Complejo es estrictamente würmiense, aunque existen dos problemas básicos en la aplicación de este criterio: hay otras industrias contemporáneas en Europa (los Micoquienses, el Achelense Superior.

..) y existen industrias iguales en el Pleistoceno Medio final (los Premusterienses para F. Bordes). En el plano antropológico está asociado a Homo sapiens neandertalensis, pero hay que tener en cuenta que hay facies que no presentan tipos fósiles asociados hasta ahora (el MTA -sobre todo), que también existen niveles musterienses con restos de Homo sapiens sapiens, sobre todo en Próximo Oriente (Qafzeh) y ya han aparecido neandertales asociados a industrias del Paleolítico Superior (St. Césaire). La característica más notable del Complejo Musteriense es que la mayor parte de las industrias que lo forman han aparecido interestratificadas, lo que equivale a decir que son contemporáneas en las mismas regiones durante el Würm inicial (Pleniglacial Inferior). Los yacimientos paradigmáticos en los que se ha comprobado este fenómeno se agrupan en dos regiones diferentes de Francia: la cuenca de París, cuyos yacimientos loéssicos fueron revisados por Bordes, lo que le permitió demostrar la inexistencia del Levalloisiense de Breuil, y los abrigos clásicos de la Dordoña, sistematizados por Bourgon en un primer momento y luego completados por Bordes con excavaciones nuevas. Los principales son Combe Grenal, Pech-de-l'Azé I, II y IV y el abrigo inferior de Le Moustier. Dejando a un lado que los yacimientos datados en el Pleistoceno Medio hayan sido atribuidos al Achelense Superior o a algún tipo de Premusteriense, ya comentados anteriormente por conveniencia cronológica, la dinámica del Paleolítico Medio español está en gran parte vinculada a los problemas interpretativos del Complejo Musteriense europeo, actualmente en revisión.

Desde hace unos años se están publicando un gran número de yacimientos, con análisis ambientales y dataciones, que convierten a este periodo en uno de los mejor documentados del Paleolítico Ibérico. En la cornisa cantábrica, el Musteriense está documentado sobre todo en las estratigrafías de las cuevas de El Castillo, El Pendo, Morín, Amalda y, tal vez, el tramo superior de Lezetxiki, donde han aparecido interestratificados los tipos Quina, Denticulados, Típico y Vasconiense, repitiendo de algún modo el modelo definido en Aquitania. Más al sur, en la Meseta Central, los únicos tipos representados con certidumbre son el Musteriense Típico de la Cueva de los Casares (Guadalajara) y el Quina casi idéntico de La Ermita, Millán y, tal vez, Valdegoba (Burgos). En Cataluña los yacimientos más conocidos pueden clasificarse también dentro de la variedad Quina (Els Ermitons), Típico (L'Arbreda) o de Denticulados (Abrí Romaní), aquí asociado a fragmentos de útiles de madera. También en el valle del Ebro se ha encontrado el tipo Quina en el Covacho de Eudoviges (Teruel), y en Peña Miel (Rioja), mientras que en la cueva de los Moros de Gabasa I (Huesca) el tipo Quina encontrado era poco típico. Los nuevos trabajos llevados a cabo en Levante han permitido clasificar varios niveles pertenecientes a las variedades Ferrassie (Pechina) y Típico (Cova Negra), mientras el Quina y el MTA de este último yacimiento son discutibles.

También en Portugal se han comenzado a conocer datos modernos sobre su Complejo Musteriense, gracias a los trabajos recientes de L. Raposo y J. Zilhao, pero la mayor parte de las industrias están en fase de estudio y sólo han citado Musteriense de tipo Ferrassie en la Gruta de Figueira (Almonda). Muy interesantes son las dataciones de algunos de estos yacimientos y las estructuras de Vilas Ruivas (Vila Velha de Ródao). Por lo que respecta a la evidencia de Andalucía y el Sureste, baste decir que es una de las más numerosas de la Península, porque presenta estratigrafías como las gibraltareñas (Devil's Tower y Gorham's Cave), la de cueva Horá (Darro, Granada), la de Zájara I (Almería), la de Cueva Perneras (Murcia) y, sobre todo, la de Carihuela (Píñar, Granada), con más de 40 niveles musterienses, que permiten trazar una secuencia detallada de la primera parte del Pleistoceno Superior y definir un Musteriense Típico muy similar al europeo, bastante homogéneo y muy persistente en el tiempo. Una aportación decisiva de los últimos trabajos sobre Musteriense ibérico, de cara a la discusión sobre la sustitución del Paleolítico Medio por el Superior, y el consiguiente reemplazamiento del Neandertal por el hombre moderno, ha sido la obtención de cronologías muy tardías para el primero, cuya trascendencia se verá con más detalle en el punto siguiente.

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