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Datos principales


Rango

Batalla por Berlín

Desarrollo


(1) Están sobradamente documentados por testigos neutrales -incluso lo reconocen fuentes soviéticas- los excesos de las tropas de la URSS. Aparte de las violaciones, fue proverbial su codicia por las joyas y, sobre todo, por los relojes. (2) Los comités nazis creados para impedir deserciones involucraron en la lucha, en los últimos días del asedio, a niños de 14 y 15 años y a hombres mayores de sesenta. (3) El José Stalin fabricado por la URSS fue el carro más poderoso que se construyó en la guerra. (4) Se refiere a Roosevelt. (5) Hitler quería que se demolieran todos los puentes de carreteras y de ferrocarril; que se volasen todas las vías, se dinamitasen todas las presas; se destruyeran todas las centrales eléctricas, telefónicas y de radio; que se volasen las minas y se arrasasen todas las fábricas; que se quemasen las cosechas... (6) Göebbels admiraba, también, el sistema soviético. Deseaba imponer en la Wehrmacht el sistema de los comisarios políticos y hallaba sus formas de propaganda muy similares a las stalinistas. Más aún, a la muerte de Hitler, Bormann y Göebbels trataron de llegar a un acuerdo con Chuikov (el defensor de Stalingrado y el conquistador de Berlín) pretextando sus simpatías por la URSS y ofreciendo sus servicios a los soviéticos para contrarrestar los buenos oficios, que seguramente, Himmler ofrecería a los aliados occidentales.

(7) ¿Por qué había abandonado Hitler el proyecto del reducto alpino? Al parecer, Saur, el hombre que había sustituido a Speer en lo que a producción militar se refería, le había informado de que seria imposible resistir allí por falta de armas y municiones. Las fábricas de la región sólo podían construir cosas muy rudimentarias. (8) Speer y Himmler salvaron la vida a Brandt, que fue ahorcado después de la guerra por los norteamericanos. (9) La 25.? de granaderos acorazados y la 7.? panzer, que en total no tenían más de 15.000 hombres y de 200 blindados de todo tipo. (10) Varios biógrafos de Hitler han dudado mucho que Schaub procediera a tal destrucción y creen, más bien, que los guardó o los vendió. Por eso, muchos creyeron hace dos años que los papeles de Hitler que puso en circulación una revista alemana eran auténticos: bien hubieran podido ser los documentos conservados en Berghof. Lamentablemente sólo fue una zafia falsificación. (11) El telegrama en el que Göring sugería que se le entregara provisionalmente el poder mientras Hitler estuviera cercado en Berlín era un modelo de prudencia y nada en él sugería traición alguna; pero excitar los celos de Hitler era sumamente fácil. (12) Hanna Reitsch, famosa por sus proezas aéreas, fervorosamente nazi y muy bella, fue una de las musas del régimen en los últimos años de la guerra.

Dentro del clima wagneriano y teatralmente germánico, se la denominaba "la última Valquiria". (13) Von Greim conservó durante toda su vida una fuerte cojera a causa de las heridas que sufrió en aquel viaje. (14) Algunas unidades soviéticas trataron de penetrar hacia el centro de Berlín por los túneles del metro. Alguien ordenó abrir los diques del canal de Moecken e inundar el metro para impedir esa operación. (15) El esfuerzo de Wenck permitió la retirada de la guarnición de Potsdam de unos 3.000 heridos de sus hospitales y de docenas de millares de civiles. Entre los días 30 de abril y 2 de mayo recibieron a unos 30.000 soldados y paisanos que Busse logró conducir hasta el XII Ejército. (16) Holste había sustituido a Steiner, cuando éste perdió la confianza del Führer, pero no pudo mejorar la actuación y se batía en retirada. (17) El día 26 fue alcanzado un almacén de estas armas por la artillería soviética. Se perdieron más de 2.000 en una inmensa traca. (18) Unos 30.000 soldados y paisanos llegaron a las líneas de Wenck. Era cuanto quedaba del 9. ° Ejército. Llegaban sin municiones, apenas con armas. Unas docenas de carros de combate y poco mas de 10.000 hombres que se caían de sueño abrían la brecha. Cuando entraron en el territorio de Wenck se desplomaron. Este no sólo no pudo contar con su ayuda, sino que hubo de darles transporte. (19) El mariscal Zhukov, quizás tratando de restar grandiosidad al ocaso nazi, minimizó días después de la rendición las dimensiones de la batalla de Berlín. Años después, las fuentes oficiales soviéticas reconocieron que desde el 16 de abril -comienzo de la ofensiva del Oder- hasta el 2 de mayo, perdieron 305.000 hombres, 2.000 tanques, 1.200 cañones y 527 aviones. Los aliados occidentales perdieron 260.000 hombres durante todas las operaciones de 1945.

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