Los trabajos de Jules-Hardouin Mansart

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Rango

Barroco6

Desarrollo


Después de apagarse la estrella de la marquesa de Montespán, y tras flirtear con varias damiselas de la Corte, Luis XIV se vio atraído por Françoise D'Aubigné, viuda del poeta Scarron y luego nombrada marquesa de Maintenon. Su llegada a la Corte se produjo en 1673 como dama de compañía de la marquesa de Montespán para ocuparse de la educación de los hijos de ésta con el rey. La seriedad y espíritu asentado de aquella mujer transformaron el carácter de Luis XIV refrenándolo en sus impulsos y llevándolo hacia una vida más serena y devota; finalmente, viudo también el rey en 1683, en ese mismo año se casaron secretamente en un matrimonio morganático.Con todo ese ambiente y con la seria determinación de que Versalles fuera la sede permanente de la Corte y el Gobierno de la Nación, se planteó el problema de dónde alojar a la multitud de personas, aproximadamente unas veinte mil, que conllevaban aquellas funciones, pues harían falta más salones y alojamientos.Para solucionar el asunto se recurrió a un sobrino nieto de François Mansart, el arquitecto Jules-Hardouin Mansart, quien, ya antes de este encargo y siendo todavía un joven de menos de treinta años, había colaborado en las obras de Versalles y había realizado el hôtel de Conti, el château du Val y la reconstrucción del château Clagny, en los que dio muestras de sus extraordinarias dotes.Así, el château du Val cercano a Saint Germain y en la actualidad asilo de los miembros de la Legión de Honor, se edificó como refugio de caza con una estructura que poco después tendrá un gran éxito.

El edificio se alza con una planta rectangular dividida interiormente en tres partes; la central es un salón utilizado como comedor al que flanquean un par de appartements que constituyen los otros dos espacios. Uno de ellos, empleado como dormitorio por el rey, responde al esquema tradicional de una habitación grande, dos pequeñas y un gabinete; el otro tiene otras cuatro habitaciones, cada una con una planta diferente y con el elemento curioso de la presencia de una chimenea abierta a los cuatro salones situada en el ángulo que tiene en común, estando decorada cada estancia con temas referentes a cada una de las estaciones del año.Esta obra puede señalarse también como un precedente del Grand Trianon y presenta la particularidad de que el salón central sirve de paso sumamente suave entre el patio de entrada y el jardín de la parte posterior, según una idea corriente en estos palacios como se ha ido viendo, y que llegará a sus últimas consecuencias precisamente en el Grand Trianon.En 1674 recibía el encargo de reconstruir para la marquesa de Montespán el palacio de Clagny, situado en las inmediaciones de Versalles. La amante del rey quería algo más monumental que el Trianon de Porcelana; el rey le ofreció la construcción de un palacio nuevo en los alrededores de Saint Germain, pero a ella le pareció poca cosa, por lo cual Luis XIV, en una época en la que era incapaz de negarle nada, le regaló el palacio de Clagny.Era ésta una construcción con la tradicional planta en U pero que resultaba pequeña, por lo que hubo de ser ampliada.

La solución la encontró el joven Mansart añadiendo dos alas, una a cada lado de la línea de apertura del patio y por tanto formando ángulo recto con las antiguas alas laterales, siendo la solución que posteriormente empleará en la ampliación de Versalles.Mas antes de llegarle este encargo, aún hizo otra obra de grandes dimensiones, el château Dampierre para el duque de Luynes y de Chevreuse, en el que siguió una estructura tradicional pero en la que destaca la sobriedad que dio al conjunto y que indudablemente anuncia nuevos tiempos con nuevos gustos.Con estos precedentes y lo aprendido en ellos, Jules-Hardouin Mansart se enfrentó al reto que se le ofrecía para ampliar el palacio de Versalles. Bien es verdad que él hubiera deseado realizar cambios más trascendentales, como habría sido transformar el patio y remodelar la fachada al Parque disponiendo un salón central con cúpula como había proyectado Le Vau, pero todo ello habría hecho un edificio nuevo, lo que era incompatible con la idea de Luis XIV de conservar la estructura anterior. Parte de la solución la encontró cerrando la terraza hacia los jardines y disponiendo en su lugar la Galería de los Espejos, que se convertía en el salón más representativo del carácter áulico de Versalles. Novedoso fue también que la composición de la fachada de Le Vau la transformó ligeramente al convertir los vanos adintelados del primer piso en arcos, que permitían una mejor iluminación interior y resultaban más acordes con la planta baja que siempre había estado estructurada así.

Por otra parte, también logró ampliar las disponibilidades de espacio siguiendo la idea de Clagny, para lo que construyó dos inmensas alas que empalmó perpendicularmente con las alas laterales del patio, una hacia el norte y otra hacia el sur. De esta forma consiguió que el palacio tuviese una gran capacidad, aunque para evitar que desde los jardines resultara aplastante por su gran volumen, las retranqueó y las puso en línea con el acceso al patio, ya que si lo hubieran estado con la fachada al Parque se habría formado un inmenso frente de casi 500 metros. Sin embargo, por el otro lado esa grandísima línea quedaba rota por la apertura del patio, al tiempo que los edificios de la ciudad de Versalles impedían una visión de la totalidad del conjunto.En esta época se hicieron también otras importantes obras que completaron el palacio de Versalles, mereciendo entre ellas una especial mención la Capilla. Anteriormente hubo varias capillas, todas ellas con un carácter más o menos provisional, hasta que en 1689 Jules-Hardouin Mansart recibió el encargo de construir una que había de ser la definitiva. Emprendidas las obras, sufrieron varios parones a consecuencia de las guerras, hasta que se concluyeron en 1703, finalizando la labor decorativa en 1710.Su ubicación fue en la nueva ala norte como una edificación hasta cierto punto independiente. Exteriormente, presenta un esquema diferente al del resto del palacio, acercándose en buena medida a la estética gótica, lo cual está en relación con su condición de capilla palatina que la aferraba a la tradición; anteriormente ya había ocurrido lo mismo en palacios como los de Chenonceau o Saint-Germain-en-Laye.

Al contrario, en el interior la decoración se acerca al gusto versallesco, pero la estructura está ligada también a la condición de etiqueta de la Corte, de forma que se compone de dos plantas en torno a un espacio central único con lo que se forman tres naves, quedando dispuesto el trono real a los pies del piso alto y directamente frente al altar, correspondiendo la ubicación de los distintos miembros de la Corte de acuerdo a un estricto protocolo.En el aspecto de los elementos estructurales, la planta baja se divide en naves mediante arquerías que cargan sobre fuertes pilares cuadrados, y el piso alto asoma al espacio central con columnas corintias que sostienen un dintel en el que carga la bóveda de lunetos que cierra la capilla.Otra obra de importancia que completó el palacio se llevó a cabo entre 1679 y 1686, cuando se construyeron en la confluencia de las tres vías del tridente, asomando a la Place d'Armes, dos grandes edificios destinados a servir de establos y que fueron denominados como las Grandes Ecuries y las Petites Ecuries. Debían albergar, uno los caballos de tiro y otro los de montar, así como al personal encargado de su cuidado, siendo capaces de acoger 2.500 caballos y 200 carrozas. Pero a estos edificios estrictamente funcionales no les faltaron detalles decorativos y emblemáticos al quedar directamente a la vista de las habitaciones del rey.

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