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Datos principales


Rango

Renacimiento7

Desarrollo


La escultura clasicista que se produjo en el primer cuarto del siglo XVI estuvo presidida y en buena parte eclipsada por el estro genial de Miguel Angel, cuya obra se había iniciado avasalladora desde la última década del XV y se expandirá por buena parte del cinquecento hasta su aliento final. Había frecuentado Buonarroti el jardín mediceo de San Marcos donde Lorenzo el Magnífico reunió muchas de sus esculturas antiguas, algunas de ellas de origen helénico o copias, más frecuentemente mármoles y medallas romanas, de cuya colección puso como conservador al escultor donatelliano Bertoldo. También le acompañaron otros estatuarios y pintores florentinos en dibujar esos mármoles, entre ellos su rival Pietro Torrigiano, con el que sostuvo agria disputa. La colección de antigüedades que un espíritu selecto como Isabel de Este congregó en su palacio de Mantua, influyó en Mantegna y también en los pequeños bronces de Pier Jacopo Alari Bonacolsi, más conocido por Antico, que traducen prototipos clásicos en escala menor. La colección papal, incrementada considerablemente desde Julio II, también proporcionó a los escultores presentes en Roma aleccionadores estímulos. El grupo del Laocoonte y sus hijos, el formidable drama helenístico de la escuela de Rodas descubierto en 1506 en la misma Roma, el Apolo del Belvedere y el Torso del Belvedere, que tanto admiraba Miguel Angel, la Venus Calipigia y muchos mármoles y bronces alumbrados por la arqueología, contribuyeron a insuflar lecciones de clasicismo, aunque fuera muy parcialmente por ausencia de otros modelos, que se extendieron a lo largo del siglo.

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