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Datos principales


Rango

Renacimiento1

Desarrollo


La nueva valoración social de estos artífices estuvo en gran medida en relación con el fenómeno del mecenazgo. En algún caso la vinculación de un artista a una corte o a un príncipe permitió a éste eludir incluso la obligación de pagar la cuota del gremio correspondiente para poder ejercer su profesión. Además, la figura del artista cortesano se aleja de lo que fue la generalidad: su posición económica y sus formas de vida, así como su integración en los grupos de humanistas vinculados a las cortes -filósofos, escritores, arqueólogos...- establecían una gran distancia con respecto a otros que seguían siendo considerados artesanos. El deseo de los grandes artistas de liberarse del control de los gremios tuvo mucho que ver con la nueva consideración de las artes en el Renacimiento. Tradicionalmente las artes liberales (Gramática, Retórica, Dialéctica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía) no incluían nada de lo que era la producción artística, que se consideraba más bien dentro de las artes mecánicas (tejido, construcción, navegación, agricultura...). Estas últimas eran las controladas por los gremios, se practicaban con las manos, se aprendían como una técnica y no tenían consideración de ciencia. Los artistas en el Renacimiento van a luchar por el reconocimiento del carácter científico de su arte. Todo ello puede explicar el porqué el arquitecto Brunelleschi afrontó una pena de cárcel en 1434 por negarse a entrar en el gremio de Arte de Maestri de Pietra e Legnami, cuando se encontraba trabajando en la catedral de Florencia.

Es evidente que, sin la liberación de las estrechas limitaciones de los gremios, los artistas del Renacimiento no habrían podido disfrutar de la libertad de movimientos que hizo posible que sus realizaciones alcanzaran una amplia proyección. Los argumentos esgrimidos por los artistas en ese proceso de sacar al arte de su consideración artesanal fueron varios. Recurrieron al modelo de la Antigüedad para recordar cómo el artista griego firmaba sus obras y que -tal como escribió Filarete a fines del siglo XV- los emperadores romanos practicaron la pintura. Demostraron que el conocimiento científico -matemáticas, geometría, perspectiva, óptica...- era imprescindible para la creación de sus obras. La definición vitruviana del arquitecto, que fue asumida como propia por los tratadistas de arquitectura del Renacimiento, es un ejemplo de hasta qué punto la amplitud de conocimientos y el dominio de las distintas ciencias, definió al nuevo artista. Algunos de los grandes artífices de este período fueron a la vez teóricos, y su influencia en ese sentido corre paralela a la que tuvieron sus obras. Serían los casos de Alberti o de Piero della Francesca. En el caso de los pintores, compararon la pintura con la poesía, a la que nunca se había negado esa consideración social a que ellos aspiraban. Para ello utilizaron reiteradamente la máxima horaciana del "ut pictura poesis", esto es, que la pintura es poesía muda y la poesía pintura hablada, una equiparación entre palabra y pintura que se puede encontrar también por ejemplo en la epístola escrita por Eneas Silvio en 1451 con el título "dum viguit eloquentia, viguit pictura". En definitiva se trataba de defender la figura del artista como alguien que, a una gran formación científica, unía un ingenio y una capacidad de creación que se plasmaba en obras que iban mucho más allá de cualquier consideración artesanal.

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