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Africa

Desarrollo


Nada es más difícil de ocultar que una operación anfibia de gran envergadura y Torch era un auténtico monstruo. A las órdenes de Eisenhower se habían formado dos agrupaciones de tropas: la destinada a Marruecos, mandada por el general USA, George S. Patton, disponía de 35.000 hombres y 252 tanques; la de Argelia, a las órdenes del general británico, Kenneth A. N. Anderson, contaba con 72.000 hombres y 300 blindados. Los generales USA, Spaatz y Doolittle, mandarían las fuerzas aéreas, con 500 aparatos. Para transportar estas tropas y sus equipos se juntó una flota de 350 mercantes, que serían escoltados y apoyados en los desembarcos por 127 buques de guerra, entre los que había 6 acorazados, 15 cruceros y 11 portaaviones, con unos 350 aviones embarcados. La fuerza naval estaba mandada por el almirante británico Andrew Cunnigham. Semejantes preparativos no hubieran pasado desapercibidos a los espías del Eje. Por tanto, los servicios de inteligencia aliados trataron de ocultar sus intenciones. Dakar fue el punto entregado como cebo al hervidero de espías que por aquella época eran Lisboa, Tánger o Madrid. Luego se pusieron en circulación dos nuevos puntos: Noruega y Malta. La Abwehr (servicio de inteligencia alemán) tragó el cebo de Dakar, rechazando Noruega y dejando Malta en reserva. Desde diversos puntos, sin embargo, comenzaron a insinuarse los verdaderos objetivos, pero la Abwehr se negó a rectificar, incluso cuando ya media flota de invasión se concentraba en Gibraltar.

Pero esa presencia, denunciada ya por varios espías italianos y alemanes en España, hizo sospechar que el desembarco se dirigía contra alguna isla mediterránea o contra la retaguardia de Rommel. En la noche del 6 de noviembre el mariscal Göring, jefe de las fuerzas aéreas alemanas, telefoneaba al general Kesselring, jefe de las fuerzas del Reich en Italia: "G. Según nuestros cálculos, el convoy estará dentro del radio de acción de nuestros aviones en el plazo de 40 o 50 horas. Todo debe estar dispuesto. K. Pero, señor mariscal, ¿Y si el convoy intenta desembarcar en África? G. Estoy convencido de que intentará desembarcar en Córcega, Cerdeña, Derna o Trípoli. K. Me parece más probable un puerto del norte de África. G. Sí, pero no un puerto francés..." Bajo esta dirección, Kesselring montó su emboscada aérea en el canal de Sicilia, mil kilómetros al este del más próximo de los desembarcos aliados, que no fueron atacados por la aviación del Eje hasta 24 horas después del comienzo de la operación. El mismo despiste hubo en el mando de los submarinos alemanes. Pero la mejor muestra de la desorientación alemana sobre Torch es la postura de Hitler durante su viaje a Munich, tal como se reseñó al comienzo.

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