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Desarrollo


La prolongada guerra de posiciones había agotado a Italia, pero también a Grecia, por lo que ésta se hallaba totalmente debilitada en el momento de ser atacada una vez concluida la ocupación de Yugoslavia. El tipo de guerra de movimientos que utilizaba la Wehrmacht sería capaz de destruir con gran rapidez el sistema defensivo heleno. De ésta, la denominada Línea Metaxas constituía el elemento más destacado. Construida en la línea fronteriza con Bulgaria entre los años 1938 y 1940 a imitación de la Maginot, era considerada por el Alto Mando como inexpugnable. Con ello se olvidaba que el año anterior la que la había servido de modelo había sido traspasada apenas sin dificultad. El primer objetivo de los alemanes al lanzar su ataque fue la capital del norte, Salónica. Para acceder a ella era preciso superar la Linea Metaxas, por lo que los atacantes optaron por repetir la operación que les había ofrecido tan buenos resultados en Francia. Rodearon así el obstáculo, tomaron a éste por la espalda y continuaron su camino. El general von Boehme dirigía aquí una división acorazada y tres divisiones de infantería. En esta línea, el enfrentamiento decisivo tuvo lugar en el paso de Strumitza, donde la dura resistencia opuesta por los griegos fue arrollada finalmente gracias al ametrallamiento de los Stuka y la acción de los lanzallamas. En Salónica, ya directamente amenazada, las fuerzas británicas organizan la evacuación, mientras que el general Tsolakoglu decidía solicitar la rendición y entregar las armas de los combatientes.

Refugiados en el monte Olimpo, los ingleses resistirán el tiempo suficiente para erigir una línea defensiva más al sur, sobre el paso de las Termópilas. El día 18, el primer ministro Koryzis puso fin a su vida tras haber sido acusado por el rey Jorge II de ineptitud en las circunstancias presentes; le sucedió en el cargo Manuel Tsouderos. Mientras, se firmaba en Yanina el armisticio con el atacante, por el cual dieciséis divisiones griegas abandonaban la lucha; éste debió repetirse el 24 en Salónica, ahora con 1a presencia de las fuerzas armadas italianas. De esta forma, cesaba la lucha para más de ciento cuarenta mil combatientes griegos. La víspera, 23 de abril, la familia real y el Gobierno habían marchado a Creta con el fin de organizar desde allí la resistencia. El 25, los paracaidistas alemanes atravesaban el canal de Corinto y penetraban en el Peloponeso. Sin embargo, no lograrían impedir el embarque de un total de 50.732 soldados británicos, neozelandeses y australianos. Ocupado ya todo el país, los alemanes nombran el día 30 al general Tsolakolu para el cargo de primer ministro. El Reich había empleado en la campaña un total de veinticuatro divisiones, de las que perdió un tercio de sus integrantes, es decir, 1.684 muertos y 3.752 heridos. Por su parte, los griegos aportaban las siguientes bajas: 15.700 muertos y desaparecidos tras seis meses de guerra, y 218.000 prisioneros en poder del enemigo. Finalmente, Inglaterra también había pagado un alto precio por su participación activa en la lucha: 12.712 muertos, heridos o desaparecidos, de los cuales 9.000 eran prisioneros. Tras su ocupación, el territorio griego será a su vez desmembrado entre Alemania, que ocupaba la zona centro-norte, la mayor parte de Creta y la frontera con Turquía; Italia, que pasó a dominar la mayor parte del país; y Bulgaria, que accedía al mar Egeo a costa del derrotado vecino. El teórico triunfador, Mussolini, había perdido en los meses de campaña un total de 13.755 muertos, 50.874 heridos y 25.067 desaparecidos, de ellos la mayor parte también eliminada.

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