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Rango

Bliztkrieg

Desarrollo


El formidable empuje de las fuerzas alemanas había conseguido a lo largo de escasas semanas ocupar una importante fracción del territorio francés. En este sentido resulta especialmente significativa la posibilidad que existe de seguir día a día los avances de la Wehrmacht sobre el espacio invadido. Esta circunstancia había empujado a centenares de miles de habitantes de las regiones del norte a la huida en dirección opuesta a la marcha alemana. El todavía vivo recuerdo de las atrocidades cometidas por éstos durante las dos ocupaciones anteriores de que el país había sido objeto estaba presente en todas las mentes. Ello les llevaría al abandono de sus viviendas y bienes materiales, lanzándose a la difícil aventura de las carreteras que conducen al sur. Este masivo éxodo, generado de forma espontánea, originaría multitud de opiniones de toda clase, desde las de carácter meramente práctico hasta las que buscan en este desplazamiento de población unas motivaciones simbólicas mucho más profundas. De hecho, el traslado de ciertos contingentes de población ante el riesgo de un avance alemán había sido programado con bastante anterioridad por las autoridades, con vistas a una posible reconstrucción parcial de los servicios administrativos e industriales en el menos amenazado Mediodía. Pero ahora a esto se añadía la huida no preparada, que unía a belgas y a franceses en el temor común a la acción del invasor. Junto a ellos, millares de judíos y exiliados políticos alemanes y de los países ocupados trataban de escapar de una suerte cierta en caso de caer en manos de los hombres de Hitler.

Para algunos tratadistas del tema, la superioridad cualitativa y cuantitativa del ejército alemán no sería más que el desencadenante último del fin del proceso de descomposición general que se había adueñado con anterioridad de todos los planos de la vida francesa. Para algunos partidarios de una explicación social e histórica de este fenómeno de masas, el éxodo podría responder a la idea de un retorno del pueblo francés a sus orígenes. La realidad fue que -por miedo real, disposiciones oficiales o utópica búsqueda de un solar histórico- entre el 15 de mayo y el 20 de junio de 1944 de seis a ocho millones de franceses se lanzaron a los caminos. Esto contribuyó de forma decisiva a dificultar las postreras operaciones militares desarrolladas por un ejército prácticamente derrotado desde un principio. Al tiempo que los aviones alemanes ametrallaban las columnas de refugiados causando decenas de muertos y heridos, las escenas de pillaje se suceden sobre las propiedades de los que han huido. El saldo final arrojará también una elevada cifra de varios millares de niños extraviados por sus padres definitivamente durante aquellos días en los cuales se ha afirmado que un viento de locura sopló con fuerza sobre Francia.

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