Compartir


Datos principales


Rango

Antillas

Desarrollo


Dentro del área circuncaribe, que comprende las islas Bahamas, Antillas, Barbados, Trinidad y Tobago, y en tierra firme, el centro y este de Venezuela y parte de las Guayanas, destacó con fuerza la cultura y el arte de los llamados taínos, que en el momento del descubrimiento ocupaban parte de las Antillas Mayores y Bahamas, fundamentalmente Puerto Rico y La Española (República Dominicana y Haití). La denominación taíno no es aborigen, sino que designa a los grupos de lengua arawak en las Antillas Mayores, para distinguirlos de los grupos de la misma lengua del continente. Parece fuera de toda duda, por el momento, que las islas del Caribe fueron pobladas desde Suramérica. Los pobladores más antiguos del área, cazadores de mamíferos paleo-indios, anteriores al 5000 a. C., se han localizado solamente en tierra firme y no será hasta el llamado período Meso-Indio (5000-1000 a. C.), cuando aparezcan los primeros pobladores en las islas. Son pueblos pescadores y recolectores de mariscos que se localizarán solamente en las Antillas Mayores, por lo que es probable que colonizaran las islas en canoas tras recorrer largas distancias. Restos de estos grupos, de lengua Ciboney y denominados marginales, permanecieron durante siglos, pero empujados a lugares muy concretos del oeste de Cuba y pequeñas islas cercanas y de la península suroeste de Haití por pueblos más tardíos de economía agrícola. A partir del 1000 a. C., con el comienzo del período Neo-Indio, hace su aparición en el área la agricultura de la mandioca y la cerámica, sin antecedentes conocidos y aparentemente traída por movimientos de población a lo largo de la costa de Venezuela y hacia las Antillas Menores y Mayores.

En las islas, las diversas oleadas colonizadoras se identificarán por distintas tradiciones cerámicas, todas claramente suramericanas. Desde el Neo-Indio II (300 d. C.), se reconocen cerámicas saladoides en Puerto Rico y La Española y para el 700-900 d. C., grupos subtaínos, con cerámica ostionoide, aparecen en La Española, Cuba y Jamaica. La fecha más temprana de la cerámica de la cultura taína, conocida como chicoide, es la de 850 d. C. en la República Dominicana, llegando hasta la época del contacto. Por último, habría que mencionar a los pueblos de lengua Caribe, localizados en las Antillas Menores, también agricultores y ceramistas, pero de cultura menos compleja, de gran tradición guerrera, que habían conquistado a los arawak de las islas menores, matando a los hombres y uniéndose con sus mujeres y que estaban siendo absorbidos por la superior cultura arawak. Los taínos representan el desarrollo cultural más complejo de las Antillas y de toda el área circuncaribe. Su economía tenía una fuerte incidencia en la agricultura, destacando el cultivo de la yuca (mandioca dulce), con la que elaboraban el cazabe, o torta de harina que se tostaba sobre un burén. Cultivaron también el maíz, la batata, el maní y la piña, y recolectaban frutas silvestres entre las que destacamos el mamey, la guanábana, la papaya o la guayaba. La agricultura se practicaba con el sistema de roza (tala y quema) y también de camellones, o levantamiento de amontonamientos circulares de tierra para facilitar el cultivo de los tubérculos.

La coa o bastón cavador era el instrumento tradicional, de amplia difusión, con variantes, en toda la América indígena. La pesca, en el mar o en agua dulce por varios procedimientos, la recolección de crustáceos y moluscos y la caza, practicada con arco y flecha o con dardos y propulsores, fueron importantes complementos para la subsistencia. Los asentamientos variaban en su composición, desde una sola casa multifamiliar hasta poblados compuestos por unas mil. Los poblados disponían de una o más áreas ceremoniales, en forma de un espacio rectangular, delimitado por un montículo de tierra o lajas de piedra que podían llevar motivos grabados. La residencia del cacique se situaba en uno de los lados de esa plaza y era denominada el caney, gran estructura rectangular con techo a dos aguas y una marquesina frontal de recibo, y que podía hacer las veces de templo donde se guardaban los cemíes, los ídolos más importantes del poblado. El bohío era la vivienda de la gente común, de planta circular y tejado cónico y que igual que el caney era una residencia multifamiliar. La organización sociopolítica era el cacicazgo -la palabra cacique procede precisamente de la lengua arawak-, o más precisamente una confederación de jefaturas, en las que un cacique principal gobernaba una especie de provincia, dividida en a modo de distritos, gobernados cada uno por un jefe, que a su vez regían una serie de poblados, cada uno con su líder respectivo de carácter mágico-religioso.

El arte y la religión se encuentran estrechamente unidos entre los taínos. Según fray Ramón Pané, que realizó una serie de observaciones sobre la cultura de los taínos entre 1494 y 1498 por lo que puede considerarse el primer etnógrafo del Nuevo Mundo y cuyo libro fue el primero escrito en español en América, su religión se centraba en el culto de unas divinidades llamadas cemíes. El principal de ellos era Yúcahu Bágua Maórocoti, especie de principio inmortal, y había otros muchos dedicados a la agricultura, a los fenómenos meteorológicos o a los antepasados. La palabra cemí se aplica también a la representación de esos dioses tanto en piedra como en madera, en un muestrario de variada escultura que además conforma una serie de objetos en los que se mezclan las funciones mágicas utilitarias. La ceremonia religiosa principal era la inhalación de la cohoba, o polvos alucinógenos, por parte de los caciques y behiques o sacerdotes para ponerse en comunicación con los cemíes. Pero parece que también la acción de tallar un cemí se relacionaba con la inhalación de la cohoba, ya que era el behique quien tras realizar la ceremonia de la cohoba a un tronco determinado, dictaba la forma en cómo debía ser tallado, ya que en el propio árbol se manifestaba el cemí que debía representarse.

Obras relacionadas


Contenidos relacionados