La Guerra de los Seis Días

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En octubre de 1956 se produce el ataque israelí contra Egipto, en respuesta a las incursiones de comandos árabes de sabotaje y al cierre del Canal de Suez y del puerto de Eilat. La Guerra de Suez culmina con la retirada egipcia y la ocupación israelí de la península del Sinaí y la franja de Gaza, territorios de los que un año más tarde se harán cargo los cascos azules de Naciones Unidas. Pero esta situación de ninguna manera pudo considerarse, ni siquiera de forma remota, como una paz. Negando la posibilidad de entablar cualquier negociación, Egipto buscó el apoyo militar de Siria y Jordania, mientras que Israel demostró su deseo de establecerse permanentemente en los territorios ocupados, al iniciar sus grandes proyectos de irrigación con agua traída del Mar de Galilea. Desde finales de 1966 el camino hacia una tercera guerra entre árabes e israelíes pareció ya imparable, favorecida ésta por la llegada al poder en Siria de los sectores más radicales del partido Baas. A mediados de mayo de 1967 el Gobierno de El Cairo pidió a la ONU la retirada de sus fuerzas de interposición y, días después, firmó un acuerdo con Jordania al mismo tiempo que impedía el paso del tráfico marítimo israelí por el estrecho de Tirán. La ofensiva israelí se produjo en las primeras horas del 5 de junio, tras percibir en los radares la aproximación de aviones egipcios y de unidades acorazadas que avanzaban hacia la frontera de Israel.

Las defensas israelíes, al mando del Comandante General Rabin, habían sido movilizadas a partir del 20 de mayo, para hacer frente a los masivos Ejércitos árabes que cubrían las fronteras. La sorpresa de los egipcios fue mayúscula, pues esperaban que Israel dirigiera su ataque contra Siria. Además, la aviación israelí procedió del mar, haciendo pensar a sus enemigos, por un momento, que se reproducía la Guerra de Suez de 1956. Las Fuerzas Aéreas de Israel efectuaron un ataque con objeto de destruir la aviación egipcia y sus aeródromos. En vuelo casi rasante, en plano inferior a las pantallas de radar egipcias, los aviones israelíes destruyeron eficazmente a las Fuerzas Aéreas enemigas. El ataque de la aviación israelí logró destruir, en apenas 3 horas, 391 aviones egipcios que no llegaron a despegar, mientras que derribó en combate otros aparatos. Las pérdidas propias fueran sólo 19. El éxito aéreo permitió un cómodo avance de la infantería israelí sobre los ejércitos egipcios del Sinaí, que contaban con 7 divisiones y unos 1.000 tanques. La ofensiva judía se produjo mediante un triple avance. Por el Norte, el general de Brigada Israel Tal rompió las defensas egipcias y alcanzó en la noche del 5 de junio la población de El-Arish. Otro avance importante se produjo como efecto de la acción combinada de las brigadas de Yoffe, por el centro, y Sharon, por el Sur. Yoffe realizó una incursión por el desierto que le permitió adentrarse por detrás de las líneas egipcias, dominando el 6 de junio la carretera que enlaza Abu Ageila con Bir Lahfan.

Al mismo tiempo, la división de Sharon atacó en plena noche las defensas egipcias en Umm Kataf, logrando dominar el cruce de Abu Ageila. Ambas defensas fueron definitivamente tomadas mediante la intervención de una brigada de paracaidistas transportada en helicóptero. Simultáneamente, el avance israelí en el frente del Sinaí continuó por el Norte, rompiendo la resistencia de las tropas egipcio-palestinas que defendían la franja de Gaza. El mismo día 5, el rey Hussein de Jordania recibe informaciones erróneas según las cuales las tropas egipcias están derrotando a las israelíes en el Sinaí. De esta forma, el acuerdo entre Egipto y Jordania empuja a este país a intervenir en el frente occidental, ordenando un bombardeo de las principales ciudades israelíes, que alcanza incluso las cercanías de Tel Aviv y, especialmente, Jerusalén. El contraataque israelí no se hizo esperar, tomando rápidamente el poblado de Sur Bahir, en la carretera de Belén. Al mismo tiempo, tropas israelíes conquistaron posiciones al norte de Jerusalén, mientras que otros efectivos tomaban posiciones al sur de Ramallah. Ese mismo mediodía, aviones israelíes que habían participado en el bombardeo de Egipto castigaron las ciudades jordanas de Amman y Mafraq. Por la noche, una brigada de infantería tomó el pueblo de Latrum, avanzando por la carretera de Beit Horon con el propósito de contactar con los efectivos situados a las afueras de Ramallah.

Los movimientos de avance israelíes en el frente occidental quedaron desde este momento fijados en torno a Jerusalén, donde se estableció el Mando Central. Éste ordenó primero un ataque hacia el Sur de la ciudad, para, algo después, realizar un ataque de la infantería de Marina y una brigada acorazada hacia el Norte de Jerusalén. Posteriormente, el avance se produjo hacia el Este, logrando cortar la comunicación entre las fuerzas jordanas con base en Jerusalén y sus refuerzos situados en Samaria. En la noche del 6 junio, los combates se produjeron en el área norte. Tropas jordanas atacaron territorio israelí, pero debieron retirarse al sufrir un duro contraataque a base de infantería y acorazados. Así, fuerzas israelíes penetraron en territorio jordano, rodeando la población de Jenin. La cruenta lucha de blindados se saldó con el triunfo de Israel y la ocupación de una amplia franja de terreno. Después de un día entero de enfrentamientos, el despliegue israelí permitía enlazar las tropas de los Mandos Central y Norte, que convergían en el centro de las posiciones jordanas tras su avance por el Sur, Oeste y Norte. El segundo día de guerra en el Sinaí, las tropas del general israelí Tal continuaron su avance paralelo a la costa desde El Arish, en dirección al Canal de Suez, al mismo tiempo que otra columna atacaba las defensas egipcias en Bir Lafhan, logrando enlazar con las tropas del general Yoffe. El despliegue de éste siguió una línea directa hacia Egipto, mientras que, por el Sur, las tropas de Sharon continuaron operando en dos direcciones, hacia Abu Ageila, al Norte, y hacia El Kuseima, al Sur.

Simultáneamente, un ataque conjunto de infantería, blindados y paracaidistas ocupó la ciudad de Gaza, no sin gran esfuerzo. En Jerusalén Este, en el mismo momento, se están librando cruentos combates. Al Norte de la ciudad, tropas israelíes intentan desalojar las defensas jordanas que impiden la comunicación con la ciudad de Ramallah, convertida ahora en un punto estratégico. La ciudad finalmente cayó. En el mismo escenario, desde el Norte, las fuerzas israelíes continuaron su avance en dirección Sur, al mismo tiempo que desde el Oeste caía la ciudad de Kalkiliya. El ataque israelí concluyó con la toma definitiva de Jenin, al mediodía del segundo día de guerra. Otro avance israelí se produjo hacia la carretera de Tubas-Nablús, chocando con los tanques jordanos. Por la noche, lograron ocupar la primera población, continuando su avance hacia el río Jordán. El 7 de junio las tropas israelíes lograron su victoria más significativa, al tomar por completo la Ciudad Vieja de Jerusalén. Desde aquí, se produjo un nuevo despliegue, que permitió conquistar Belén y Hebrón sin efectuar un solo disparo. Tras tomar Ramallah, el ejército israelí siguió avanzando hacia Jericó, al mismo tiempo que, desde Nablus, de desplegaban tropas hacia el río Jordán. En la península del Sinaí, fuerzas navales israelíes ocuparon Sharm el-Sheij, permitiendo abrir los estrechos de Tirán. La libre circulación marítima quedaba así asegurada.

Al mismo tiempo, el avance israelí estaba culminando. Tres divisiones intentaban aislar a los acorazados egipcios, con la finalidad de cortar su retirada hacia el canal de Suez. Las tropas de Tal conquistaron la base egipcia de Bir Gafgafa, resistiendo el último contraataque egipcio, mientras que las de Yoffe tomaron Bir Hassneh y avanzaron hacia el paso de Mitla, para cortar la retirada egipcia. De esta manera, quedaron formadas bolsas egipcias en El Kusseima, Abu Ageila y Kuntilla, que no tardaron en caer ante el avance de las tropas de Sharon hacia Nakhl. El cuarto día de guerra, el ataque israelí en el Sinaí se hacía ya imparable. Las tropas de Tal ocuparon Kantara e Ismailía, mientras que las de Yoffe avanzaron en tres líneas hacia la ciudad de Suez, el Lago Amargo y Ras Sudat. El despliegue de tropas fue perfecto, enlazando en Abu Zenima con las tropas paracaidistas que, tras ser lanzadas sobre Sharm el-Sehij, marchaban hacia el Norte. La desesperada defensa egipcia en el Paso de Mitla convirtió este lugar en el escenario de un acto desesperado, que no impidió la ocupación total de la península del Sinaí en tan solo cuatro días. La debacle sufrida por egipcios y jordanos propició la aceptación de un alto el fuego promovido por Naciones Unidas, al que también se sumó Israel. Sin embargo, la guerra aun no había finalizado. Siria, instigadora de la guerra, se había limitado a bombardear los poblados israelíes en los altos del Golán, ocupando el kibbutz Dan.

En respuesta, las fuerzas israelíes, ya libre de la presión de los otros frentes, atacaron las bien defendidas posiciones sirias en el Golán. El ataque principal se produjo por el Norte, combatiendo casi cuerpo a cuerpo. El avance israelí permitió tomar Tel Fakhr, no sin sufrir numerosas pérdidas humanas y materiales. De todo un batallón acorazado, sólo dos tanques quedaron intactos. Simultáneamente, fuerzas israelíes atacaron la línea defensiva siria en el Golán por el Sur, en el área situada al norte del Mar de Galilea. El día siguiente, 10 de junio, ambas columnas cayeron sobre Quneitra, mientras que a la vez se lanzaban paracaidistas desde helicópteros muy por detrás de las líneas enemigas y una unidad acorazada penetraba hacia Harab y Rafid. La toma de los altos del Golán estaba así completada, lo que obligó a Siria a aceptar el alto el fuego de Naciones Unidas, justo cuando los israelíes se dirigían hacia Damasco. La guerra había acabado. En apenas 6 días, Israel en solitario había derrotado a sus oponentes árabes. Mientras que estos sufrieron 15.000 muertos y 6.000 prisioneros, los israelíes habían tenido tan solo 777 bajas, 2.586 heridos y 17 prisioneros. Como resultado, Israel anexionó territorios que le permitieron incrementar su tamaño, incorporando la península del Sinaí, la franja de Gaza y las áreas de Samaria, Judea y los Altos del Golán. Con todo, las incorporaciones serán en el futuro fuente de nuevos conflictos, pues las poblaciones palestinas que, con la ocupación de Gaza y Cisjordania quedaron bajo control israelí o se refugiaron en los países limítrofes, pugnarán más adelante por recuperar su dominio sobre estos territorios.

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