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Datos principales


Rango

Bronce Final

Desarrollo


Desde la época de las lunulae, la orfebrería irlandesa, hasta aproximadamente el cambio del milenio, da buena prueba de la demanda local de joyas en la serie de collares, pendientes, anillos y brazaletes con tiras o barras sogueadas. Técnicamente, la serie irlandesa supera los modelos continentales de torques retorcidos por su refinamiento de los engarces y su variedad en el uso de la materia prima. Estos productos irlandeses, sean de oro importado (en lo que ha insistido, basándose en análisis metalográficos, A. Hartmann) o de oro local, anuncian la eclosión del trabajo en oro que tiene lugar en Irlanda en la última fase del Bronce Final: del 800 al 700 a. C. Los depósitos de joyas del período son abrumadores por el peso del oro empleado, por la originalidad de las piezas, por la inventiva de los diseños, y por el consumado tecnicismo de su ejecución. El grabado, el cincelado, el troquelado, el repujado, una sutil variante de la filigrana, etc., son técnicas que utilizó el orfebre irlandés con gran conocimiento de causa. Una simple idea de la cantidad de oro en circulación en Irlanda durante el Bronce Final la proporciona la riqueza enterrada en el depósito hallado en 1854 cerca del poblado fortificado de Mooghaun North, en el Condado de Clare. El gran hallazgo de Clare contenía 146 objetos de oro: collares anulares, brazaletes y torques peanulares con terminales expandidas. Este tipo de joya adopta con frecuencia en sus extremos la forma de campánulas y su decoración se compone de paneles grabados con motivos lineales, de triángulos y de rombos rellenos de trazos, que se remontan a aquellos de cuño similar de las lunulae.

Dicha ornamentación es común a la orfebrería de la época, tanto en las Islas Británicas como en Bretaña. Ejemplos de Gran Bretaña son los brazaletes de Ickleton (Cambridgeshire) o el brazalete de Morvah (Cornualles). En Irlanda, esta decoración lineal se aplica a un alfiler largo con una amplia cabeza discoidal; a este alfiler se le denomina de girasol (sunflower pin), y tiene la particularidad de llevar una decoración de triángulos radiados en bandas que giran alrededor de un botón puntiagudo central. Aunque se ha propuesto una inspiración danesa para este motivo (recuérdese, por ejemplo, los discos de cinturón), el tema de punto cónico abullonado, rodeado de círculos concéntricos, se repite con mucha frecuencia en la tradición áurea de Irlanda. Un disco de oro, sin procedencia exacta dentro de Irlanda, del Museo Británico, está cubierto de círculos repujados en torno a un punto realzado, conforme a un sistema acuñado en la tradición de la orfebrería irlandesa del Bronce Final. Este ejemplar, aunque significativo, es sólo una mínima muestra de la técnica y el estilo. Puesto de honor lo ocupa un collar arqueado formado por siete nervios repujados y acanaladuras con sogueados, hallado en Gleninsheen (Condado de Clare). Los extremos de esta gargantilla son dos discos, en los que el botón cónico se repite en el tondo central, formado por apretados círculos, y en cada uno de los círculos concéntricos que bordean la orla. El perlado de los bordes y de las líneas de separación contribuye a realzar el efecto general de diseño.

Contrariamente a lo que pudiera suponerse, el collar de Gleninsheen no es una pieza única. Otro ejemplar procede de Ardcrony (Condado de Tipperary), aunque se conserva en peor estado. Aunque a una escala menor, se conservan discos laminados de composición estética y técnica similares a los tondos terminales de los mencionados collares que no deben despreciarse como muestras señeras del trabajo irlandés del oro. Productos típicamente irlandeses son una colección de objetos de pequeño tamaño, pero de considerable peso formados por una barra doblada y dos extremos huecos expandidos. Se les denomina dress-fasteners, y se les supone cerrarían una prenda gruesa, ajustados entre ojales. Se cuentan por centenares los hallazgos de tales abotonaduras. El más grande y más elaborado procede de Clones (Condado de Monagham) y pesa más de un kilogramo. Sus discos ostentan la impronta de los círculos concéntricos en torno a una pequeña burbuja central. Está fuera de toda duda que un ejemplar de "dress-fastener", como el de Clones, sólo pudo tener funciones ceremoniales, pero éste debió de ser también el caso en muchas otras ocasiones. Algunos de estos botones apenas han dejado rasgos de uso alguno. Su utilidad real es una incógnita, agravada por el hecho de que la colección no se termina con los botones de ropa gruesa. Irlanda ha proporcionado una serie de más de 70 piezas de los llamados "sleeve-fasteners", versiones más estrechas que aquéllos, los cuales serían, teóricamente, equiparables a los actuales gemelos.

Los "sleeve-fasteners" tienen, por lo común, el arco estriado y las placas terminales muy expandidas. Habría que imaginarlos prendidos a una tela fina. No ha faltado, sin embargo, quien haya propuesto que éstos, junto a sus homólogos de mayor tamaño, fueron una especie de dinero, o de lingotes que se fundirían para fabricar otros objetos de oro. La raigambre irlandesa de ambas series no se discute. Sin embargo, existe la creencia, desde que así lo propusiera Chr. Hawkes, que sus orígenes se encuentran en las fíbulas escandinavas de placas discoidales (spectacle fibulae). Cuestión más difícil de demostrar es el grado de madurez acreditado por los orfebres del final de la Edad de Bronce en Irlanda. Los testimonios apuntados hablan por sí mismos, pero en determinadas manifestaciones de su maestría, la destreza tecnológica no tiene equivalencias, salvo que se salga a buscarlas en el mundo mediterráneo. Una maestría insólita, por ejemplo, la acredita el artífice de piezas cónicas que parecen haber servido de adornos del cabello (lock-rings), al cubrir la superficie con minúsculas varillas concéntricas que podrían confundirse con incisiones.

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