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Helenismo en Roma

Desarrollo


Los más famosos escultores de este ambiente romano fueron Arcesilao y Pasíteles. Ambos debieron de ser contemporáneos, puesto que el primero murió, al parecer, en 42 a. C., y el segundo trabajó hasta mediados del siglo, según nuestras noticias; y ambos tuvieron, al parecer, métodos de trabajo semejantes, basados en la realización previa de modelos de barro -proplásmata-, a los que concedían una importancia primordial. Arcesilao, incluso, cobraba a precios muy elevados estos modelos, como si de obras acabadas se tratase. Por lo demás, ambos fueron, al parecer, aficionados a las figuras de animales, cuyo estudio realizaban del natural: Según Plinio, "una vez que Pasíteles, en los depósitos navales donde se encontraban las fieras de África, cincelaba un león mirándolo a través de los barrotes de su jaula, se escapó de la misma jaula una pantera, lo que supuso no pequeño peligro para aquel cuidadosísimo artista" (NH, XXXVI, 40). En cuanto a Arcesilao, una de sus principales obras era "una leona de mármol jugando con unos Cupidos alados, de los cuales unos la tienen atada, otros la obligan a beber en un cuerno y otros le están calzando unas sandalias, todo ello de una sola pieza de mármol" (Plinio, NH, XXXVI, 41; trad. de M. E. Torrego). Realmente, temas de este tipo ponen en duda si ambos artistas eran propiamente neoáticos. El grupo de la leona y los Cupidos -alegoría de la fiereza vencida por el amor- casi entra de lleno en ese horrible mundo del llamado "rococó helenístico", con obras más o menos neoáticas, más o menos realistas, del tipo de la Afrodita Calipigia ("la de bellas nalgas") del Museo de Nápoles, o del grupo de Cupido y Psique besándose, o del inefable mármol, hallado en Delos, donde Afrodita amenaza con una sandalia a Pan bajo la sonriente mirada de Eros, obras todas del periodo que tratamos.

Pero también, desde el punto de vista técnico, podríamos hallarnos -y es lo que sugiere la anécdota de Pasíteles- dentro de la vertiente del animalismo realista que ilustran, por ejemplo, los Relieves Grimani del Museo de Viena, acaso de fines del siglo I a. C., con sus fieras pintorescas y minuciosamente labradas, y su paisaje rocoso al fondo. Si, pese a todo, incluimos a Arcesilao y a Pasíteles en el neoaticismo, es sobre todo porque este último escribió cinco libros sobre las obras de arte famosas de todo el mundo -lo que le daría un profundo conocimiento de los artistas del pasado- y porque dos miembros de su escuela, Estéfano y Menelao, nos han dejado, firmadas, las dos obras neoáticas más gélidas que conozcamos: el Atleta Albani, sosa reelaboración levemente realista de una obra fechable a mediados del siglo V a. C., y el grupo de Orestes y Electra, envarado, inexpresivo, y tan cegado por los principios del clasicismo que, para mostrar que Orestes es más joven que Electra, se limita su autor -Menelao- a figurarlo en tamaño algo menor, pero con anatomía de hombre adulto.

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