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Datos principales


Rango

siglo de Pericles

Desarrollo


Seguro es que existe un estilo Partenón distinto al de obras más o menos contemporáneas y que el influjo fidíaco se deja sentir más como reacción natural que como imposición formal. Ese es el influjo que marca el estilo típico de la plenitud clásica caracterizado por un virtuosismo hecho naturalidad y elegancia. A propósito del Zeus de Olimpia hace Pausanias un comentario de inequívoca agudeza estética. Dice conocer las medidas del Zeus, pero que no las da, para no influir en el ánimo de quien no lo ha visto, pues la estatua da la impresión de superar las dimensiones reales. Quienes hayan estado alguna vez delante del Partenón, habrán podido hacerse cargo de las graves dificultades que implica llenar de estatuas los espacios enormes de los frontones, teniendo en cuenta sus dimensiones: casi los 30 m de largo, 3,50 m de altura máxima y casi un metro de profundidad. Para cada frontón hicieron falta más de 20 figuras, algunas de las cuales doblaban prácticamente el tamaño natural. Pese a tamaños tan considerables, las esculturas se colocan muy al borde del frontón y aunque iban bien sujetas por barras metálicas, la disposición no deja de sorprender por la osadía y atrevimiento de que hace gala. Como en todo frontón griego las figuras son conceptualmente un relieve, aunque se labran como esculturas de bulto redondo. Las de los frontones del Partenón han sufrido percances de todo orden, pues cuando las dibujó Carrey en 1674 algunas habían desaparecido.

Faltaba nada menos que la sección central del frontón oriental, o sea, el grupo protagonista de la escena del nacimiento de Atenea. La pérdida originó un problema arqueológico de incalculable repercusión, hoy en vías de solución. En los dibujos de Carrey se observa un rasgo muy notable a efectos compositivos y es que las figuras laterales del frontón oriental miran hacia fuera, como si ignoraran el acontecimiento que sucede en el centro. La noticia les llega a través de las figuras intermedias, de manera que se crea una corriente de comunicación inherente al suceso, que la composición expresa. El frontón occidental, en cambio, estaba casi intacto cuando lo vio Carrey, cuyos dibujos reproducen un grupo central muy vivaz -Atenea y Poseidón tras la obtención de los respectivos prodigios por ellos creados- y junto a ambos, grupos de figuras sedentes difíciles de interpretar. Los trabajos escultóricos se prolongaron hasta bien entrados los años 30 y, por tanto, en ellos tenemos las manifestaciones estilísticas más evolucionadas de todo el Partenón. Fueron admiradísimos y se copiaron las figuras aisladas o los grupos, factor a tener en cuenta para comprender la amplia y rápida difusión del estilo Partenón.

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