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Datos principales


Rango

civilización minoica

Desarrollo


Malia, al este de Cnosós y en la costa norte, fue excavada ya en 1915 por J. Hazidakis. Desde 1920, los trabajos en este yacimiento están a cargo de la Escuela Francesa de Arqueología en Atenas. El palacio fue construido poco después que el de Cnosós, en torno a un patio central de unos 48 por 22 metros, con un pórtico de pilares y columnas en varios de sus lados a modo de galería. En el centro del patio se instaló un altar, lo cual indica una utilización ceremonial del recinto. En la parte oriental, las habitaciones han proporcionado una serie de dispositivos para sostener grandes tinajas y canales, interpretados como parte de instalaciones industriales para obtener aceite y, probablemente, también vino. Los almacenes se situaron en el ala occidental, tras las habitaciones oficiales y de culto. También al norte existió un importante conjunto de habitaciones entre las que destaca una sala hipóstila, modelo tomado, con toda probabilidad, de la arquitectura egipcia, identificado con las cocinas y, en el piso superior, un comedor. En el ángulo sudoeste, ocho grandes koulouras o silos constituyen otra de las áreas dedicadas al almacenamiento, esta vez de grano. Los pilares centrales conservados en cuatro de ellos indican que estarían cubiertos con estructuras de ramaje y barro. En conjunto, Malia ofrece un aspecto de gran residencia rural, con una buena cantidad de almacenes y pocas instalaciones industriales. Su carácter rural se acentúa al contemplar el acabado de la obra, bastante lejano al brillante aspecto de Cnosós: sus muros son más pobres, hechos a base de arenisca roja y bloques pequeños de caliza junto a grandes ladrillos de barro y pesadas vigas de madera, todo cubierto con un enlucido de yeso calizo.

Aun así, con sus casi 10.000 metros cuadrados de extensión, el palacio de Malia es algo más que una residencia rural. La capacidad de sus almacenes señala su dominio territorial bastante amplio que comprendía todo el golfo de Malia y las montañas del Lasithi. Su pujanza económica hizo que se reconstruyese tras las destrucciones de 1700 primero y entre 1480 y 1450 después, sin alterar prácticamente su plano original. Esta última reconstrucción, ya en pleno período de dominio micénico es una novedad de última hora, perceptible a través de los materiales arqueológicos allí encontrados en los últimos años, y entre los cuales no faltan fragmentos de tablillas con escritura Lineal B, claro indicio del establecimiento de un grupo de aqueos en el lugar.

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