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Siria

Desarrollo


El descubrimiento casual en el año 1928 de una tumba en Minet el-Beida, punto costero sirio al norte de Latakia, motivó el hallazgo o de la antigua Ugarit (hoy Ras-Shamra), cuyo tell está situado en las proximidades del mar. Su excavación iniciada en 1929, por C. Schaeffer y G. Chenet, fue luego continuada por H. de Contenson, J. Margueron y, últimamente, desde 1978, por M. Yon. Este importantísimo yacimiento en forma de trapecio de 500 por 600 m de lado y una altura de 20, y que ha proporcionado cinco grandes niveles arqueológicos, ha revelado ser uno de los enclaves más significativos del mundo protofenicio, con una gran personalidad artística, habitado ya desde el Neolítico precerámico (6500 a. C). En el nivel III, subdividido en ocho estratos, y que corresponde al Bronce Antiguo, aparecieron restos cerámicos tipo Halaf y El Obeid, así como del tipo anatólico, llamado -aunque impropiamente- Khirbet-Kerak; esta última cerámica testimonia la llegada de una nueva población que arrasó la civilización de influencia mesopotámica. En el Bronce Medio (nivel II), que comienza hacia el 2100 a. C., se asiste a la llegada de gentes anatolias, expertas en metalurgia (los llamados por G. Schaeffer "portadores de torques") y que se semitizaron muy rápidamente. A partir del 1950 a. C. la influencia de las mismas fue disminuyendo, circunstancia debida a la creación del reino de Ugarit por parte de los amorreos, quienes establecieron prontas relaciones con los faraones de la XII dinastía (Sesostris I y II, Amenemhat III) y con la isla de Creta.

Fue época en la que se construyeron monumentos de cierta importancia (Templos de Baal y de Dagan, Palacio norte). El Bronce Reciente (1600-1200 a. C.) conoció el apogeo de la civilización ugarítica. Entre 1450 y 1360 a. C., momento de esplendor de la dinastía que Niqmadu I y su hijo Yaqarum habían fundado en el siglo XVIII a. C., la ciudad se organizó y se enriqueció con magníficas residencias, entre ellas un suntuoso Palacio real. Tras un incendio que destruyó algunos barrios e incluso el antiguo Palacio norte, la ciudad, que había pasado a depender de los hititas, pudo ser reconstruida. En esta época Ugarit mantuvo relaciones con diferentes Estados del Próximo Oriente e incluso con algunas ciudades del ámbito egeo, según demuestran los materiales arqueológicos hallados. Finalmente, hacia 1185 a. C., la ciudad, gobernada por un tal Hammurabi, sería destruida totalmente a manos de los Pueblos del Mar.

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