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Los viajes de Colón

Desarrollo


Los descubrimientos colombinos plantearon a los Reyes algunos problemas que resolvieron en muy pocos meses, como el de la incorporación de las Indias a la Corona de Castilla y el derecho a ocupar las nuevas tierras. Fueron dos cuestiones casi simultáneas e íntimamente relacionadas. Las Indias, como Canarias y Granada, eran bienes gananciales del matrimonio formado por los Reyes Católicos. Como tales podían ser puestas en la Corona de Aragón o en la de Castilla. Los monarcas decidieron anexarlas a Castilla y en un plazo rapidísimo; el transcurrido entre marzo de 1493 (fecha de la llegada de Colón con la noticia de su descubrimiento) y mayo del mismo año, cuando la primera bula Inter Coetera señalaba ya que pertenecían a los Reyes de Castilla y León para siempre. Aunque se desconoce la razón de semejante decisión, está indudablemente relacionada con la necesidad de tener que negociar con Portugal unos límites de lo descubierto, para lo que Castilla, y no Aragón, contaba con un tratado básico que era el de Alcaçobas-Toledo. La misma razón motivó el asunto de las bulas. Los Reyes no acudieron al Papa porque fuera el dominus orbi, como se ha dicho, pues no existía tal doctrina en la Iglesia, aunque la escuela canonista atribuía al Pontífice poder disponer de las tierras de infieles, lo que no era el caso de las Indias, habitadas por paganos. Simplemente acudieron a él buscando un arbitraje a su diferendo con otro príncipe cristiano, dado que el tratado de límites con que contaban para resolver el conflicto, el mencionado de Alcaçobas-Toledo, no resolvía la cuestión.

El asunto era urgente a la vista de lo manifestado por el rey portugués a Colón tras su regreso del viaje descubridor. Los Reyes Católicos aprovecharon la circunstancia de que el Papa Alejandro VI era español para equiparar sus derechos sobre las Indias a los que los portugueses habían logrado anteriormente en sus dominios africanos. Las bulas se dieron en 1493 y han planteado muchos problemas, pues fueron documentos antedatados (sus fechas no corresponden al día, y a veces ni al mes, en que se expidieron). Fueron cinco: La primera Inter Coetera, fechada el 3 de mayo, llamada comúnmente de donación, porque en ella el Papa concedía a los Reyes de Castilla las tierras descubiertas y por descubrir, hacia la India, que no pertenecieran a ningún príncipe cristiano. La segunda Inter Coetera, fechada el 4 de mayo, llamada de partición, porque dividía el océano en dos partes, mediante una línea de polo a polo (un meridiano, aunque con algún sesgo), que se trazaría a 100 leguas al oeste las islas Azores y Cabo Verde. Las tierras al occidente de dicha línea serían para Castilla y las del oriente portuguesas. La Piis Fidelium, fechada el 25 de junio, bula menor dirigida a fray Bernardo Boyl, dándole facilidades para ejercer su labor misional. La Eximiae Devotionis, de 3 de mayo, otra bula menor, por la cual se daban a los Reves Católicos en sus territorios los mismos privilegios otorgados a los Reyes de Portugal en los suyos.

La Dudum Siquidem, de 26 de septiembre, igualmente bula menor, también llamada de ampliación de la donación, porque ampliaba la concesión de la primera Inter Coetera, señalando inequívocamente que serían para los castellanos las tierras que hubiera hacia la india. Las únicas bulas que establecieron donación fueron, por tanto, la primera Inter Coetera y la Dudum Siquidem, mientras que la segunda Inter Coetera se limitó a señalar una frontera entre los dos países descubridores. No aceptó el monarca portugués la línea papal de demarcación -y esto demuestra que no existía la teoría del dominus orbi- y empezó una negociación diplomática entre Castilla y Portugal. Juan II propuso que en vez de un meridiano se trazara un paralelo, reservando a los portugueses la zona austral y dejando la septentrional para los españoles. Los Reyes Católicos insistieron en el meridiano y ofrecieron correrlo más hacia el oeste: hasta 250 leguas e incluso 350 desde Cabo Verde, pero Juan II siguió empeñado en que era necesario llevarlo más lejos, lo que hubo que aceptar al fin. Se acordó colocarlo a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. El convenio se plasmó en el Tratado de Tordesillas, firmado el 7 de junio de 1494. Las tierras descubiertas o que se descubrieran al oeste de dicha línea serían castellanas, y las situadas al este de la misma serían portuguesas. La nueva línea, que caería luego hacia la desembocadura del Amazonas, permitió la ocupación de Brasil por parte de Portugal. El empeño del rey de este país por conseguir el paralelo, o al menos un meridiano tan alejado de Cabo Verde, se ha interpretado lógicamente como consecuencia de haber descubierto ya el Brasil, pues no se explica de otra manera.

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