Apoteosis de Sabina y Adriano
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La muerte de la emperatriz Sabina, la esposa de Adriano , en el año 136, causó un sentimiento de vacío y frustración en la población romana, como muestran los retratos póstumos que de ella conservamos. En esta escena se representa el momento en que la emperatriz , bellísimamente representada, es transportada al cielo por una imagen alegórica de la Eternidad. En la vida diaria se peinaba ella sencillamente, con raya al medio, y una cola de caballo que enrollaba alrededor de la coronilla, y en las ocasiones solemnes se ceñía una diadema ancha y convexa. Gustaba de vestir a la griega, combinando el elegante peplo jónico con la palla romana. Así la vemos en muchos de sus hermosos bustos.