Puerta de los Leones (Micenas)

La ausencia de la escultura monumental es la característica fundamental del arte cretomicénico. Parece que los micénicos se conformaron con las miniaturas grabadas en los sellos y los objetos pequeños esculpidos, de piedra y marfil y modelados en barro, y al igual que los minoicos, renunciaron a la escultura monumental de tres dimensiones.

La acrópolis de Micenas tiene una forma aproximadamente triangular, de unos 350 metros de longitud, con una extensión de 900 metros cuadrados. La mayor parte de los restos hoy visibles corresponde a un momento tardío, fechado en torno al 1250 a.C. En aquella fecha se realizaron las ampliaciones de las murallas y con ellas, la excepcional entrada de la Puerta de los Leones. Una vez traspuesta la puerta, a un lado quedan el cuerpo de guardia, el Círculo A de tumbas y toda una barriada de casas y talleres. Por una amplia escalinata y un camino serpenteante, se llega a lo alto de la Acrópolis.

Ciudad que da nombre a la cultura heládica en la Edad del Bronce, fue la sede del reino homérico de Agamenón, si bien la fundación mítica corresponde a Perseo.

Nos han quedado algunos restos de las pinturas que decoraban los palacios micénicos, realizadas también al fresco con colores intensos como el amarillo, rojo, azul o blanco. En la escultura, destaca el relieve de la Puerta de los Leones o la llamada Máscara de Agamenón.