Palacio de la Música Catalana

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Datos principales


Fecha

1904-08

Autor

Lluis Domènech i Muntaner

Lugar

Barcelona

Localización

Barcelona

Localización


Desarrollo


Domenech realizó para el Orfeón Catalán una obra muy representativa del sentir y del pensar cultural de Cataluña. El arquitecto pone los medios tanto racionales (estructura metálica que somete un solar irregular y permite calar los muros envolventes) como orgánicos (fusión unitaria sala -palcos flotantes-escenario) , para que se integren todas las artes en un auténtico manifiesto del Modernisme y del orgullo nacionalista hermanado con la cultura universal: vidrieras de la firma Rigalt, Granell & Cía; mosaicos de Lluís Bru; esculturas de Eusebi Arnau; grupo exterior alegórico de la Canción popular, de Miquel Blay; bustos interiores sobre Clavé, Beethoven y grupo de walkirias, alusivos a la música popular propia y romántica extranjera, obra de P. Gargallo. El Palacio de la Música Catalana es síntesis del momento cultural, lugar simbólico -de creación y de vida- donde confluyen las actitudes que conformaron la época. Para ello, todo un recorrido iconográfico: en el interior hay una permanente consagración de la Primavera presidida por la claraboya -la luz que se desgrana en llamas, nubes y ángeles-. En él todo tiene cabida: Oriente y Occidente, lo primitivo- la cançò popular- y la contemporaneidad -Wagner-, lo autóctono y lo universal. El simbolismo decorativo señala el optimismo de una burguesía que, recuperada su identidad política, se reconoce también en el universalismo y la intemporalidad de la música. El edificio fue reformado entre 1982 y 1990 según un proyecto de Oscar Thusquets y Lluís Clotet.

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