Casa de Pilatos de Sevilla

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Datos principales


Fecha

Siglos XV-XVI

Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Lugar

Sevilla

Localización

Sevilla

Localización


Desarrollo


Data de finales del siglo XV y principios del XVI, y se trata de uno de los palacios más suntuosos que pueden visitarse en Sevilla, tras los Reales Alcázares. Fue mandada edificar por la familia Enrique de Ribera y su nombre está vinculado a la tradición del Via Crucis, la cual inició el segundo marqués de Tarifa tras su viaje a Tierra Santa, en 1519. Actualmente, es propiedad de la Casa de Medinaceli. Según otra teoría, debe su nombre a la creencia popular que afirma que Enríquez de Rivera copió la estructura del palacio de Poncio Pilatos. Es uno de los mejores ejemplos de vivienda-palacio sevillano, conjugando elegantemente los estilos mudéjar, renacentista y barroco. Cuenta con tres excelentes jardines en los que conviven dioses romanos y esculturas traídas de Nápoles, con frutales, palmeras, jaracandas, bambú, arrayán, bungavillas y un impresionante magnolio. Una portada a modo de arco triunfal da paso al patio apeadero, típico de las casas andaluzas para la entrada de caballos y carruajes. En su frente se distribuyen las caballerizas y un espectacular zaguán rectangular volteado por bóvedas sobre columnas pareadas, destinado en origen a galería de esculturas. Desde el patio principal se accede al llamado Salón del Pretorio, con un espléndido artesonado del siglo XVI, azulejos y yeserías. También desde el patio, pasada la sala del Descanso de los Jueces se llega a la capilla de la Flagelación. A la planta alta se accede a través de una majestuosa escalera, adornada con azulejos irisados y cubierta por una espectacular cúpula de media naranja de madera dorada. Lo más antiguo del palacio es la capilla, caracterizada por sus bóvedas nervadas y molduras góticas, así como por los paños de cerámica vidriada localizados en el salón que sirve de vestíbulo. En cualquier rincón del palacio se pueden ver esculturas y bustos clásicos de gran valor, así como pinturas murales de Pacheco, Pantoja, Ribera o de la Escuela de Zurbarán. La planta alta conserva todavía el aire renacentista de la casa.

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