Cartuja del Paular

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Datos principales


Fecha

Siglos XV-XVIII

Autor

Francisco Hurtado Izquierdo

Lugar

Rascafría

Localización

Rascafría, Madrid

Localización


Desarrollo


La fundación del Real Monasterio de Santa María del Paular se debe al obispo de Sigüenza, don Juan Serrano, quien otorgó al protoprior de El Paular, don Lope Martínez, en nombre del arzobispo de Toledo, don Pedro Tenorio, la posesión de la ermita y el sitio de El Paular. Don Lope Martínez y sus seis compañeros procedían de la cartuja de Scala Dei en Tarragona, por lo que la de El Paular es la primer Cartuja que se funda en Castilla. La primera piedra del edificio la puso el rey Juan I de Castilla el 29 de agosto de 1390. El primer espacio que se construyó fue el claustro, al que se abrían las celdas de los monjes, al disponer de una antigua ermita a la que acudían a rezar. En 1406 Enrique III encarga al prior la construcción de unos palacios a los que poder retirarse y dispone la edificación de una iglesia, levantada según las normas cartujas. Las obras incluyeron la reforma del primitivo claustro y fueron realizadas siguiendo el estilo gótico imperante en la época. Los monarcas castellanos continuaron protegiendo la fundación monástica, situación que sufrió un cambio significativo con la fundación del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por parte de Felipe II. En el siglo XVIII se llevaron a cabo importantes obras en la Cartuja de El Paular. Francisco Hurtado Izquierdo será el encargado de las reformas de la capilla del Sagrario y del Transparente, obras que indican la importancia manifestada todavía por la Cartuja. Pero el siglo XIX llevará la decadencia a la fundación, ya que José Bonaparte decreta la exclaustración y en 1828 se produce la desamortización, por lo que el Monasterio fue abandonado, iniciando un amplio periodo de decadencia al que se intentó poner freno cuando en 1876 fue declarado Monumento Histórico Artístico. Desde ese momento se realizan restauraciones parciales que todavía hoy continúan. La cartuja y sus dependencias fueron entregadas en 1954 a los monjes benedictinos que hoy regentan la institución monástica.

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