Alcázar de Córdoba

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Datos principales


Fecha

Siglo XIV

Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Lugar

Córdoba

Localización

Córdoba

Localización


Desarrollo


Las obras para su construcción se iniciaron en 1328, bajo mandato de Alfonso XI "el Justiciero", y se realizaron sobre antiguos restos romanos y árabes; posteriormente, bajo dinastía Trastámara, fue ampliado y reformado por los Reyes Católicos. En principio, se utilizó como lugar de hospedaje real durante las visitas a la ciudad de los reyes, y fue allí donde tuvo lugar, en 1486, el primer encuentro entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón, además de ser utilizado por dichos monarcas durante la campaña de reconquista final de Granada. Según la tradición local, Isabel la Católica ordenó desmontar la rueda de la gran noria del cercano molino de la Albolafia porque el ruido que producía su rueda la perturbaba el sueño. Uno de los ilustres visitantes del Alcázar fue Boabdil el Chico, último monarca de la Granada musulmana, quién estuvo preso entre sus paredes. A partir de 1492, tras la toma de Granada y la expulsión árabe de la Península, se utilizó como sede de la Inquisición (hasta 1821) y, posteriormente, fue usado como cárcel hasta 1951, año en que se inició la reconstrucción de sus jardines con sus cinco estanques mudéjares. Construido mediante sillares de piedra, en el interior del edificio han quedado varios vestigios de etapa romana, como un sarcófago de mármol datado entre los siglo II - III, estatuas -entre las que destacan las de Polifemo y Galatea- y, por último, siete magníficos mosaicos.

También resultan interesantes los antiguos baños, el patio de estilo mudéjar y los bellos jardines. La construcción del Alcázar se realizó sobre los restos de un recinto amurallado romano y de otras construcciones existentes en su interior. En la actualidad, presenta una planta de fortaleza en cuyo interior alberga el edificio principal y los jardines. Su forma es casi cuadrada, rematada por cuatro torres, una de las cuales, la de la Paloma, fue demolida a mediados del siglo pasado. El acceso al recinto se realiza a través de la torre de los Leones y, desde allí, se puede llegar a las del Homenaje y la Inquisición. Desde la galería principal se entra al salón de los Mosaicos, en cuyas paredes pueden observarse los mosaicos romanos descubiertos en la Plaza de la Corredera y los sarcófagos romanos antes citados; actualmente, se utiliza para celebrar bodas civiles. Desde este salón se llega a los baños Reales y, por último, a los patios Morisco, rodeado de arcos con abundantes elementos relacionados con el agua, y de las Armas, que comunican con los bellos jardines del exterior. El recinto del Alcázar de planta casi cuadrada, aparece rematado con cuatro torres. Situada en el noreste, la torre del "Homenaje" era donde se nombraba a los monarcas y se juraba la defensa de la fortaleza. De planta octogonal, en el piso superior se encontraba el salón de recibo. De esta estancia sobresale su bóveda, cuyos nervios descansan sobre capiteles de influencia gala.

Esta atalaya también fue llamada "Torre del Agua", ya que se encontraba edificada sobre el aljibe que llevaba el agua a los baños reales. Estaba rematada con pequeñas almenas que acababan en forma de prisma. Muy próxima a ésta, se encontraba otra torre con balcones, desde donde se colgaba a los condenados a muerte por la Inquisición. La segunda torre, llamada de "El león", se encuentra en el lado noroeste y constituye la puerta de entrada al Campo Santo de los Mártires. De planta cuadra, es la más antigua de las cuatro y dispone de dos pisos cubiertos por esbeltas bóvedas de crucería. Está decorada con anchas fajas de tipo almohade. En la parte superior aparece coronada con terrazas y almenas y su nombre se debe a una gárgola que se encuentra en la planta superior. La torre de la "Inquisición" o de los "Jardines" es el nombre que recibe la tercera atalaya; de planta circular, está orientada hacia el sureste y rematada con un cuerpo octogonal prismático de ladrillo. Las tres salas de su interior están cubiertas con cúpulas de media naranja. Durante siglos esta torre sirvió de archivo de valiosos documentos. De la cuarta torre del Alcázar cristiano, conocida como torre de la Paloma o de la Vela, en la actualidad no queda resto alguno. Demolida a mediados del siglo pasado, conocemos su perfil gracias a los grabados antiguos. Hoy, un cubo cuadrado situado en su enclave original recuerda su existencia.

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