Panorama

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Desarrollo


Aunque criticados por la mayoría de los entendidos y críticos de arte, los panoramas gozaron de una gran popularidad a comienzos del siglo XIX. Consistían en lienzos gigantes dispuestos en círculo sobre unos cien metros de circunferencia y unos veinte metros de altura en forma de cilindro hueco, que se exponían en unas rotondas construidas para la ocasión, en cuyo centro se alzaba una plataforma para los espectadores. Para alimentar la ilusión óptica, se situaban siempre objetos reales en el espacio entre el lienzo y los maravillados visitantes. Gracias a ciertos efectos de luz combinados, se producía la impresión de que dominaban un vasto horizonte. Los temas solían ser militares, pintorescos y de naturaleza descriptiva. Por ejemplo, las expediciones al Polo de los navíos "Hecla" y "Griper", en 1820 y 1824 respectivamente, fueron objeto de varios panoramas, como el presentado en Dresde por Johann Carl Enslens en 1822, que influyó no poco en Caspar David Friedrich.

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