Yaxchilán

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

México

Localización


Desarrollo


Situada en la margen izquierda del río Usumacinta, al igual que Piedras Negras, cerca de las fronteras entre los actuales países de México y Guatemala y, concretamente, en el estado de Chiapas. Fue descubierta en 1881 por el inglés A. Maudslay, cuando se encontraba inmersa en la selva, dándole el nombre de Menche o "árbol verde". Un segundo viajero la bautizó con otro nombre y, finalmente, un viajero austriaco le dio el nombre actual: Yaxchilán o "lugar de las piedras verdes". Se trata del prototipo de ciudad perdida en la jungla, elevada más de 10 m. sobre el nivel medio del río, ocupando una posición central en la selva Lacandona. Su origen se remonta a unos dos mil años, cuando un grupo de hombres se establecieron formando una pequeña aldea de agricultores y cazadores que, con el paso de los siglos, se transformó en una de las ciudades más bellas y poderosas, alcanzando su máximo esplendor en el periodo Clásico tardío maya (550 - 900). Se piensa que fue importante desde el gobierno de Cráneo-Mahk'ina, señor de Yaxchilán, alrededor del 410 d.C. Los investigadores creen probable que, con el ascenso de Cráneo-Mahk'ina II al trono (526) la ciudad se convirtiera en capital regional, como denota la presencia de su glifo-emblema en otras localidades, además de ejercer cierta influencia política en sitios como El Chicazapote, Anaifé, La Pasadita, El Cayo y La Mar. Alrededor del 600 se observa en la región una marcada interrupción en la construcción de estelas debido, seguramente, a un periodo de inestabilidad política.

El registro de gobernantes en Yaxchilán se reanudó en el 630, fecha en que Pájaro-Jaguar III gobernaba. Su hijo Escudo-Jaguar I, ascendido al trono en el 681, comenzó la expansión más importante de la región. Su reinado se caracterizó por la constante pugna con otras ciudades, a las que mantuvo bajo su dirección con puño de hierro. Pájaro-Jaguar IV dio la fisonomía definitiva a la ciudad y consolidó su dominio. Bajo su mandato se construyeron edificios y monumentos públicos, donde se le representaba con sus esposas y lugartenientes. Su escultura se encuentra en el interior del templo 33, con la cabeza decapitada. Una leyenda lacandona cuenta que cuando la cabeza de Pájaro-Jaguar IV vuelva a su sitio, el mundo será devastado por los jaguares celestes. Tras su muerte le sustituyó su esposa, la reina Xoc, que continuó con el trabajo empezado por su marido. El último registro de la dinastía de los gobernantes se consigna en el dintel 10, cuya fecha más tardía es alrededor del 808. En los años sesenta la arqueóloga rusa Tatiana Proskuriakoff descifró los símbolos que componían la escritura maya, lo que ha permitido saber que todos estos reyes pertenecían a una única dinastía. El núcleo de asentamiento es conocido como la Gran Plaza, formado por dos importantes conjuntos llamados Gran y Pequeña Acrópolis, erigidos sobre montículos escalonados aprovechando y adaptando la orografía del lugar. De las 120 estructuras existentes en el área, se han restaurado y consolidado unas 30.

A la Gran Plaza se accede a través del edificio 19, conocido también como el Laberinto, debido a la compleja distribución de las habitaciones. La arquitectura presenta un estilo similar al de Palenque; los elementos comunes que destacan son las paredes de piedra, amplias escalinatas y la decoración a base de estuco en los edificios. Éstos se hallan dispuestos sobre terrazas artificiales. Sobresale entre ellos el edificio 19, compuesto por un complejo plan arquitectónico con una serie de cámaras situadas en dos niveles, y el edificio 33, que es el mejor conservado y el más espectacular por su magnífico emplazamiento. Se levanta sobre un montecillo aislado y pertenece al grupo arquitectónico de la Gran Acrópolis. Los edificios presentan una estructura paralepípeda y muchos de ellos contienen en su interior una doble hilera de estancias a las que se accedía mediante tres puertas. Los monumentos de la ciudad se caracterizan por grandes y elegantes cresterías levantadas en su parte superior y por la decoración mediante frisos e inscripciones que decoran los arquitrabes. Si por algo destaca Yaxchilán es por su escultura y por la ejecución de estelas y dinteles tallados en bajorrelieves. El culto de la estela empezó hacia el 292 d.C. En el 760 aparecen unas figuras de perfil con preferencia a la posición frontal y a los temas narrativos. Todas ellas documentan las épocas del Jaguar escudo y de su sucesor Jaguar pájaro.

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