Jerez de la Frontera

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Cádiz (provincia)

Localización


Desarrollo


Capital del vino que lleva su nombre, los orígenes de la ciudad de Jerez de la Frontera parecen remontarse muy antiguo, como lo muestran los restos hallados en los yacimientos de Mesas de Asta. Ubicada en la provincia de Cádiz, algunos autores han relacionado los tiempos remotos de la localidad con la cultura tartésica; también se ha señalado la existencia de una Xera fenicia y de un Ceret romano. Pero no será hasta la llegada de los musulmanes cuando obtengamos datos más fiables acerca del pasado de la ciudad. Los árabes se asentaron aquí en las primeras décadas del siglo VIII y llamaron Xerez a la ciudad: fueron ellos quienes levantaron mezquitas y palacios, siendo en determinados momentos de la dominación musulmana una de las principales ciudades de al-Andalus. Algunas edificaciones dan muestra de este esplendor, como el Alcázar, Melgarejo o el recinto almohade. En 1264 Xerez fue tomada por las tropas del rey Alfonso X el Sabio, iniciando a partir de entonces una nueva etapa, no menos vigorosa que la anterior. Su pujanza queda demostrada por la construcción de nuevos templos, esta vez cristianos, que tienen en el gótico final su primer estilo y que continúan con el renacimiento, el barroco y el neoclásico. El trasvase de riquezas que se produce con el descubrimiento y colonización de las nuevas tierras americanas favorece especialmente a Jerez, que ve surgir y asentarse en sus palacios y casas blasonadas a una emergente aristocracia y burguesía de nuevo cuño, cuyas riquezas se basan en la agricultura y las bodegas de vino.

Estos nuevos grupos gustan del lujo y la ostentación, y sus integrantes serán los promotores de un sinnúmero de iglesias y otros edificios representativos, así como del peculiar aspecto urbano de Jerez, en el que salta a la vista el esplendor económico de otros tiempos. Acaso las bodegas, fundadas y regentadas desde hace siglos por generaciones de vinateros, sean el mejor ejemplo de este gusto burgués y aristocrático por lo artístico y la ostentación. El vino fue, pues, el promotor principal de la riqueza de Jerez. Gracias a esta industria afluyeron grandes capitales a la ciudad, que se pudo reformar a sí misma y crecer en tiempos modernos mediante largas avenidas y nuevos barrios, que habrían de acoger a una población en aumento. En la actualidad, Jerez añade a sus ingresos tradicionales los derivados del turismo, que llega atraído tanto por la belleza de sus monumentos como por el vistoso espectáculo que proporciona la Real Escuela de Arte Ecuestre. Y, en tiempos mucho más recientes, no hay que olvidarse del Circuito Permanente de Velocidad, cuyos grandes premios hacen afluir hasta Jerez a ingentes masas de aficionados a las carreras de coches y motos.

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