Chavín de Huantar

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Perú

Localización


Desarrollo


Localizado en la zona andina septentrional de Perú, en la vega alta del río Mosna (afluente del río Marañón), a 3135 m de altitud. Su influencia llegó a extenderse hasta la costa, lo que nos permite considerar el estilo Chavín como uno de los modelos en que se inspirarían, siglos después, los estados costeros del periodo Clásico. Su estratégica posición en un valle estrecho le sirvió para dominar el tráfico entre la parte meridional del país, los Andes septentrionales, la costa y el bosque oriental. Fue descubierta por el arqueólogo Julio Tello en 1934 gracias a la crecida del río que, bajo los efectos del fenómeno "El Niño" de 1925, había erosionado gran parte de sus orillas, dejando al descubierto las misteriosas construcciones. Según Tello, Chavín sería la generadora de todas las demás culturas que se desarrollaron posteriormente hasta la llegada de los españoles, aunque no consideraba su origen no era autóctono sino importado por grupos procedentes de la selva amazónica. No se sabe de dónde procede su nombre, pero en quechua hay una palabra que lo recuerda, "chapi", sinónimo de demonio. El pleno desarrollo de la agricultura hacia el 2000 a.C. permite la obtención en el área andina de excedentes, que darán lugar a una serie de cambios en la organización social. También aparece un tipo de arquitectura ceremonial y civil en los lugares que pudieron ser "las capitales de los señoríos" y, por tanto, residencia del grupo dirigente.

El desarrollo de dichos señoríos determina el surgimiento hacia el siglo X a.C. de una cultura que tratará de controlar toda el área andina. Chavín da nombre a ésta y también es el centro principal, Chavín de Huantar. Nunca se trató de un Imperio; sin embargo, ejerció una importante influencia en el área andina, extendiéndose hasta el sur de Ecuador y dando lugar a una unidad cultural que con el tiempo se diversificará regionalmente. Las teorías actuales ven a Chavín como un centro ceremonial (del dios Huari, probablemente) en la que se asentaba la élite sacerdotal y, quizás, un reducido grupo de artesanos. En las cercanías vivirían los campesinos encargados de la producción del maíz y de aprovisionar al Centro, lo que nos hace pensar ya en una organización social jerarquizada en campesinos, artesanos y élite político-religiosa. Otra teoría es que habría sido la capital de una sociedad teocrática que sometió el territorio de su alrededor. Hacia el 200 a.C. se puede afirmar que el centro ceremonial está ya abandonado, adquiriendo mayor importancia una serie de culturas en la costa (Mochica, Nazca) y Tiahuanaco en el altiplano. Ya desde la primera campaña arqueológica (1919), se puso de manifiesto que el centro ceremonial correspondía a dos etapas distintas; la más antigua era la del Templo temprano. El Castillo (nombre dado por los españoles al edificio principal), Pirámide mayor o Templo nuevo (nombres actuales del mismo edificio), es la estructura más importante y podría ser cualquier cosa entre fortaleza, santuario, almacén o punto de referencia territorial.

La puerta que daba acceso a él era la de las Ocho Águilas. En el exterior, en la parte más baja, se hallan incrustados en la pared unos mascarones humanos, auténticas cabezas-trofeo en piedra, que aparecen aquí por primera vez como elemento arquitectónico. Son las denominadas cabezas-clavas. En el interior encontramos una de las estructuras más extrañas de Chavín; es el Lanzón, que puede considerarse centro ideal no sólo del santuario sino de todo el territorio circundante. Está decorado en bajorrelieve con una cabeza monstruosa y otros motivos. A esta figura se la ha relacionado con una deidad única y multiforme, símbolo de la totalidad del espacio, que haría germinar de una única semilla central las infinitas multiplicaciones y articulaciones útiles para la organización y jerarquización de la sociedad. Es decir, en torno a esta piedra o Lanzón, se organizaron primeramente las pequeñas comunidades agrícolas, luego los centros-santuario y finalmente las ciudades-estado y los mismos Estados. Otra representación del ser único y multiforme símbolo de la totalidad del espacio es la Estela Raimondi, descubierta en 1873 y con dos metros de altura. Al este del Castillo se encuentra la plaza rehundida, rodeada en los lados norte, sur y oeste por varias plataformas con escaleras; al norte está situado el templo del Lanzón, edificio en forma de U que deja en medio una plaza hundida de planta circular. Se piensa que éste es el edificio más antiguo de todo el complejo.

El conjunto se completa con la decoración de todos ellos mediante piedra tallada, bajorrelieves, obeliscos (destaca el Obelisco Tello, hallado en 1908 de forma fortuita por unos campesinos) y estelas, representando en su gran mayoría a seres monstruosos capaces de transmitir miedo y terror. Sus divinidades eran seres feroces, símbolos del poder y la fuerza. El arte Chavín se aprecia de manera notable también en la cerámica, pudiéndose ordenar en cuatro fases: Urabarriu (1200 - 800 a.C.), Ofrendas (800 - 600), Chakinaui (600 - 400) y Rocas (400 - 200). Es una de las mejor logradas del Perú antiguo, tanto por la variedad y armonía de las formas como por el manejo de una gran cantidad de recursos decorativos que permiten resaltar los diseños. Se trata de una cerámica de tipo ritual en forma de canteros, botellas con cuellos alargados, cuencos decorados y diseños florales. Destacan las representaciones zoomorfas (dragones, cocodrilos, serpientes, peces).

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