Enfield n? 4 Mk 1 Fusil

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Datos principales


Tipo

Arma

Categoría

Arma Larga

País relacionado

Gran Bretaña

Desarrollo


En producción desde 1939, el Enfield n? 4 Mk 1 está considerado todavía hoy como uno de los mejores fusiles militares de repetición ordinaria. Extremadamente fiable incluso en condiciones difíciles de utilización, de fácil mantenimiento, se demostró un fusil equilibrado y preciso incluso después de un uso prolongado. Algunos modelos, "de ciego", podían ir equipados con mira telescópica. Estos modelos, denominados N? 4 Mk 1 (T), se seleccionaban de entre los que salían de la cadena de producción para ser ensamblados posteriormente por Holland & Holland. El Enfield N? 4 llevaba un cargador de 10 cartuchos, y la velocidad en la boca del arma era de 751 m/sg. Al terminar el primer conflicto mundial, el British War Office Small Arms Commitee, analizados los defectos y las carencias del SMLE N°1 Mk III, decidió reemplazarlo con una nueva arma; sin embargo, las opiniones en el interior del Comité eran dispares: algunos optaban por un fusil semiautomático, otros preferían un fusil manual de obturador giratorio-corredero y otros, los más conservadores, sostenían que el fusil en dotación era óptimo y podía permanecer todavía durante un tiempo. En una cosa estaban todos de acuerdo: el calibre tenía que permanecer invariable y las posibles reducciones, ya estudiadas en los años anteriores al estallido de la Gran Guerra, tenían que ser arrinconadas. Después de varias discusiones, que duraron varios meses, se decidió que una de las mayores carencias del fusil Mk III era el taco de mira, que estaba demasiado adelante y se hacía difícil apuntar, por lo que se aconsejó retirarlo hacia el puente de cargamento y sustituirlo con una mira óptica.

Como base de partida para el nuevo fusil se decidió utilizar el viejo modelo, elección motivada sobre todo por las restricciones económicas, por lo que la nueva arma tenía que fabricarse con el mínimo gasto y en tiempos muy breves. El resultado de años de búsqueda fue el N°1 Mk IV, que en relación con el viejo modelo tenía un cañón más pesado, lo que limitaba las vibraciones, aumentando consecuentemente la precisión; la boquilla se redujo en sus dimensiones para disminuir el peso en el vuelo, y la parte terminal del cañón se dejó expuesta y dotada de tendones para poder colocar una bayoneta tipo calza. En las aletas de protección de la mira se realizaron unas aperturas laterales para que se pudiera apuntar con más facilidad; en el taco de mira óptico se hicieron dos orificios, uno fijo, tarado a 400 metros, con la función de taco de combate, y el otro, con movimiento y regulación micrométrica en altura para tiros de precisión. Las primeras pruebas dieron muy malos resultados: disparando con la bayoneta montada, el punto de impacto se bajaba unos veinte centímetros y la diana resultaba dispersa en vertical. Después de un análisis de los motivos que producía este tipo de resultados, se llegó a la conclusión de que la causa de esta dispersión se debía al tipo de obturador, por lo que fue necesario rediseñar la acción, haciéndola más compacta y robusta, eliminando algunas partes consideradas inútiles y aumentando el refuerzo lateral, de forma que se eliminara la torsión provocada por el disparo.

Además hubo que volver a tarar las máquinas destinadas a la elaboración de la madera en la zona en donde se producía el anclaje de la acción, de forma que el acoplamiento de la culata con el asta fuera más preciso. En 1926, con la redenominación y recatalogación de todas las armas, el fusil fue definitivamente aprobado con el nombre de N° 4 Mk I; sin embargo, tuvieron que pasar otros cinco años antes de que el arsenal de Enfield consiguiera producir 1.000 armas destinadas a las tropas, siendo necesario el estallido de la Segunda Guerra Mundial para que el gobierno inglés desembolsara los fondos necesarios para comenzar la producción en serie. Al principio, el fusil tenía el ánima del cañón con 5 estrías de giro hacia la izquierda con paso de 10 pulgadas; sin embargo, posteriormente, se produjeron también otros modelos con seis y dos estrías; estos últimos resultaron muy malos, sobre todo por lo que se refiere a la precisión. Inicialmente la culata estaba realizada utilizando madera de avellano; posteriormente, por motivos económicos y de abastecimiento, se utilizaron también otras maderas de calidad inferior. Los primeros fusiles se realizaron en el arsenal de Enfield, el cual, al estallar la guerra, fue absorbido por la producción de Bren, Sten y revólveres cal.38, por lo que la fabricación de los N°4 Mk I fue desviada a otras fábricas, entre ellas la B.S.A. y sus coasociadas Shirley, Maltby y Fazacheley. Para no tener que adiestrar a nuevos operarios en la producción del fusil, muchos de ellos se trasladaron de la fábrica de Enfield a las nuevas plantas para poder instruir a su vez al personal.

Los fusiles, además de en Inglaterra, se realizaron también en régimen de "Lend and Lease", es decir, alquiler y préstamo, en la Long Branch, en Canadá, y en la Savage, en los Estados Unidos. Más allá del océano, por motivos claramente vinculados con los costes de producción, nació un nuevo modelo denominado N° 4 Mk I, el cual se diferenciaba del proyecto original en el sistema de liberación del obturador. En lugar de tener una palanca de recorrido hasta el fondo que liberaba la cabeza del obturador de la rueda permitiendo la rotación y la consiguiente extracción, se realizó un orificio a un cuarto de giro de la rueda de forma que pudiera entrar la cabeza. Esta solución permitía ahorrar tiempo y material durante la elaboración. Otro punto de vital importancia retocado por algunos arsenales fue el taco de mira: en el proyecto original, el alza para el tiro de precisión era de tipo micrométrico, controlado mediante un tornillo sin fin; posteriormente se sustituyó por uno de cursor con hoja corredera sujeto mediante una palanca de disparo que permitía la retención cada 100 yardas. Finalmente, los arsenales de Long Branch decidieron utilizar un taco de mira en forma de "L" con dos orificios fijos, uno para el tiro a 400 yardas y otro a 600 yardas, haciendo la puntería extremadamente imprecisa, elemento de poca importancia en los fusiles que se realizaban más allá del océano, ya que utilizaban cañones de tan solo dos estrías con un orificio en el ánima muy grueso y de diámetro incorrecto.

Otros puntos de intervención fueron las aletas de protección de la mira, al principio de metal forjado, posteriormente sustituido por un trozo de hoja impresa. Estos dos elementos se denominaron respectivamente Mk I y Mk II. Después de transcurridos los primeros meses de guerra, aumentó notablemente la demanda de fusiles para tiradores de élite. De dichas armas había bastante carencia en los arsenales, por lo que la comisión especial encargada del desarrollo de las armas decidió desarrollar una nueva arma de ciego utilizando como base de partida el N°- 4 Mk I para así eliminar todos los problemas logísticos unidos al abastecimiento de piezas de recambio. Como óptica para el nuevo fusil se decidió adoptar un anteojo realizado de forma experimental para ser utilizado en la ametralladora Bren. Después de un par de años de estudio, el 7 de diciembre de 1941, el fusil estaba listo para ser entregado en dotación a la tropa; el anteojo utilizado se denominó N° 32 Mk I, producido por Vickers de York. La óptica del fusil tenía dos tambores de regulación, uno para el alza y otro para la deriva, y a cada disparo correspondía un desplazamiento lateral de dos minutos de ángulo, es decir, unos 5 centímetros cada cien metros. El tambor que regulaba la deriva estaba colocado en la parte izquierda, la más expuesta a golpes; ello se debió a que tenía que montarse también en el Bren en la parte izquierda del cargador, cosa que no sucedió nunca ya que la rueda de enganche en el Bren se quedó en mero proyecto en los papeles.

La óptica tenía tres aumentos y un campo de visión de apenas nueve grados. Después de algunos ejemplares producidos por la B.S.A., la preparación y terminación del arma se entregó a la Holland & Holland el 22 de septiembre de 1942, la cual, para mantener bajo el perfil de la óptica, fresó el taco de combate manteniendo sólo el de precisión, para utilizar en caso de que se rompiera el anteojo; posteriormente se atornillaban y se soldaban al castillo las dos plataformas de retención del anteojo y finalmente, montadas todas las piezas, el fusil se enviaba a la B.S.A., que se encargaba de ajustar la óptica. Enseguida se vieron los límites del anteojo: además de tener una regulación demasiado imprecisa, la retícula tendía a moverse en el interior del tubo, por lo que se decidió hacer un nuevo modelo (denominado N? 32 Mk II) en el que los dientes de retención de la óptica se reforzaron de forma que se obtuviera una retención cada minuto de ángulo, colocando un muelle de bronce destinado a tener en tensión la retícula. En octubre de 1944 nació una nueva óptica, la N° 32 Mk III, en la que los tambores de la óptica ya no se encontraban fuera de eje en relación con las bases cuadradas en las que se alojaban; además, las lentes se azularon y la óptica se hizo más firme; la primera modificación lleva una "B" (Blued) pintada en el tubo de la óptica, mientras que la segunda se reconoce por la letra "W" en rojo (Waterproof), también ella pintada en el tubo del anteojo.

El fusil se entregó a la tropa en una caja de madera estudiada para poder ser lanzada desde paracaídas, mientras que el anteojo se protegía de los golpes colocándolo en el interior de una caja de metal y, posteriormente, dentro de una bolsa de tela rígida. En 1943 nació un nuevo fusil Enfield, destinado principalmente a las operaciones en Extremo Oriente, es decir, en zonas dominadas por la densa vegetación y la jungla. La nueva arma no era sino un N° 4 Mk I con el cañón recortado para poder utilizarla sin problemas incluso en la selva. La nueva arma, denominada N° 5 Mk I y conocida por su utilización como "Jungle Carbine", poseía un asta mucho más corta que dejaba al descubierto más de la mitad del cañón. Éste, al ser también más corto, llevaba un apagallamas en forma de embudo que atenuaba la considerable llamarada que se producía en la boca. La culata fue equipada con una base de goma que absorbía notablemente el retroceso; el taco de mira fue rediseñado para compensar la nueva trayectoria con mayor caída del proyectil. Dicho fusil tuvo una vida más bien breve y nunca fue oficialmente adoptado, probablemente debido a los enormes defectos que poseía, entre los que cabe reseñar uno, el más grave: la pérdida de ajuste de la mira después de realizar unos pocos disparos. Después de la guerra, los fusiles N° 1 Mk III y N° 4 Mk I se entregaron en dotación al ejército italiano junto con todo su equipamiento; estuvieron en dotación durante pocos años, hasta la adopción del Garand.

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