Criminales de guerra

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Datos principales


Tipo

Táctica

Categoría

Terrestre

Desarrollo


Tras la finalización de la I Guerra Mundial, las potencias vencedoras dieron el primer paso para juzgar a los responsables del conflicto -jefes políticos y militares alemanes- considerados culpables. Así, se elaboró una lista con los nombres de 895 criminales de guerra, entre ellos el mariscal Hindenburg, el general Ludendorff, el gran almirante Tirpitz o el capitán de aviación Göring. También se pidió, en vano, la extradición del emperador Guillermo II, refugiado en Holanda. Los crímenes cometidos por los nazis en los países ocupados durante la II Guerra Mundial movieron a los aliados a buscar una definición precisa para el delito denominado "crimen de guerra". Entre octubre de 1941 y junio de 1945 cinco reuniones interaliadas prepararon el camino para la persecución de los crímenes de guerra y se sentaron las bases jurídicas necesarias. A finales de 1943, se creó una comisón especial en Londres, con la misión de realizar labores de investigación y acumulación de pruebas en un fichero. Esta labor había aportado ya a comienzos de 1945 datos sobre 35.000 criminales nazis identificados. El 8 de agosto de 1945, los gobiernos de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética firmaron un acuerdo por el cual se daba carta de nacimiento al Tribunal Militar Internacional, suscrito posteriormente por otros diecinueve países. Este Tribunal, con sede en Nuremberg, limitó su competencia a veinticuatro acusados, aquéllos que habían ocupado cargos de responsablidad.

Uno de los acusados, Ley, se suicidó en prisión, mientras que otro, Krupp, no pudo ser juzgado en razón de su estado de salud. Bormann, hombre de confianza de Hitler, fue condenado en rebeldía. Los hechos sometidos a la competencia del Tribunal eran: - crímenes contra la paz: preparación, dirección, desencadenamiento de una guerra de agresión, violación de los tratados, etc.; - crímenes de guerra: violación de las leyes y costumbres de la guerra, asesinato, malos tratos o deportación de la población civil de los países ocupados para trabajos forzados, asesinato o malos tratos a los prisioneros de guerra, ejecución de rehenes, apropiación de bienes públicos o privados, destrucción sin causa bélica justificada de ciudades y pueblos; - crímenes contra la humanidad: asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto contra la población civil antes o durante la guerra, persecución por motivos políticos, raciales o religiosos. En esta categoría se incluyen hechos como el genocidio judío o la exterminación de la élite intelectual polaca que comenzó en mayo de 1940 con la ejecución masiva de universitarios en Cracovia y Lublin. El proceso judicial comenzó el 20 de noviembre de 1945 y finalizó el 31 de agosto de 1946. La sentencia resultante dictó doce sentencias de ejecución, para Göring -quien se suicidó en la noche del 15 de octubre de 1946-, Ribbentrop, Kaltenbrunner, Sauckel, Rosenberg, Frank, Frick, Streicher, Keitel, Jodl y Seyss-Inquart.

Sobre siete acusados recayeron penas de prisión: diez años para Dönitz; quince para von Neurath; veinte para von Schirach y Speer y cadena perpetua para Hess, Funk y Raeder. Schach, von Papen y Fritzsche fueron absueltos. Tras el proceso de Nuremberg se produjeron otros en los que fueron juzgados otros criminales de guerra, como médicos responsables de experimentos humanos en los campos de concentración (1947) o jefes de los grupos de exterminio (1948). Estados Unidos y Gran Bretaña pidieron la creación de un tribunal que juzgase los crímenes de guerra cometidos durante los combates en el Pacífico. El jucio, celebrado en Tokyo, concluyó con la ejecución de siete dirigentes japoneses hallados culpables, entre ellos Tojo. Dieciocho más fueron condenados a penas de cárcel. Otros tribunales, fuera de Japón, fallaron en contra de 5.000 responsables de crímenes de guerra, siendo condenados más de 900. Numerosos criminales de guerra fueron juzgados en Alemania tras el conflicto; en Francia, Reino Unido y Estados Unidos fueron juzgadas 10.400 personas entre 1947 y 1953, fallando 5.025 veredictos de culpablidad y condenando a la ejecución a 806 individuos. Muchos más fueron los que consiguieron huir y refugiarse en países de Hispanoamérica o España. Caso aparte es el de Eichmann, escondido en Argentina y llevado a Israel en 1960, donde fue ejecutado un año más tarde, incinerado en 1962 y sus restos arrojados al mar.

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