Colt 1911

Compartir


Datos principales


Tipo

Arma

Categoría

Arma Corta

País relacionado

Estados Unidos

Desarrollo


Pergeñada en la genial mente del gran Browning, esta pistola es tal vez la mas famosa del mundo y seguramente la que ha hecho mas escuela, inspirando no sólo a los proyectistas europeos, sino incluso a los de la Unión Soviética. En las duras pruebas realizadas para su adopción, este arma disparo 6.000 cartuchos "sin pestañear", colocando en la sombra incluso a la Luger alemana. En relación con Europa, los Estados Unidos de América comenzaron a interesarse más bien tarde por las pistolas semiautomáticas debido a su fuerte afición a los revólveres. En el fondo, desde mucho antes de la Guerra de Secesión, la "seis cartuchos" de Colt nunca les había traicionado. Nunca, hasta la adopción del modelo Colt 1892 de doble acción, que sustituyó al glorioso Single Action de 1873, el que llevaban en la cartuchera los soldados de caballería del coronel Custer, aunque no sólo ellos. No es que el Double Action Army de 1892 no fuera un buen revólver, todo lo contrario. Como su mismo nombre indica era de doble acción y por tanto rápido en la batalla; además, era ligero y más "portátil" que el viejo S.A.A. 73. Tenía también un tambor basculante que permitía expelir de una sola vez todos los cartuchos. Sin embargo, tenía un grave "pero": estaba preparado para el calibre 38 Long Colt, un cartucho un poco debilucho para el uso militar, como lo demuestra su energía cinética de casi 28 kilogramos frente a los más de 45 kilogramos de la 45 Colt, con su pesada bala de 250 granos de pólvora negra frente a la ligera bala de 148 gramos del 38 Long Colt, empujada por tan sólo 18 gramos de pólvora negra.

Estas diferencias pueden parecer demasiado académicas, ya que un calibre de elefante no sirve para detener a un hombre; sin embargo no es así. Lo experimentaron en su propia piel los soldados de la caballería USA en la Campaña de Filipinas de 1899, cuando tuvieron que enfrentarse a las cargas suicidas de los rebeldes, los fanáticos Moros que, drogados con opio, continuaban avanzando aunque tuvieran en su cuerpo tres o cuatro balas calibre 38 Long Colt disparadas con la Double Action. La verdad se mezcló enseguida con la leyenda, multiplicándose las historias sobre regimientos de caballería americanos masacrados por las espadas de los rebeldes después de haber descargado inútilmente contra ellos el tambor de la Colt. El "Tío Sam", que siempre se había preocupado de mandar a la guerra a sus hombres con las mejores armas que existieran, no podía permanecer impasible ante estos episodios, aunque fueran esporádicos. La Ordnance, al menos para calmar la situación, envió precipitadamente a los regimientos que se encontraban en Filipinas 15.000 viejos Colt Single Actino, los insuperables revólveres calibre 45 de los tiempos de Custer, que descansaban en los almacenes de los arsenales. Mientras tanto, debido también a estos episodios, el Ministerio de la Guerra de los Estados Unidos nombró una comisión ad hoc (la famosa comisión Thompson-La Garde) para establecer cuál podía ser el calibre mejor para un arma militar de cartuchera. En aquel momento no se disponía de cronógrafos para medir la velocidad del proyectil y, mucho menos, la gelatina balística que se utiliza hoy para simular la reacción que produce en los tejidos del cuerpo humano de cara a evaluar los efectos del impacto de un proyectil.

Lo probaron, por tanto, sobre vacas vivas y sobre cadáveres humanos. La comisión estableció que el "stopping power", es decir, el poder de retención de un cartucho, se debe principalmente a la superficie frontal del proyectil y a la cantidad de movimiento, privilegiando de esta forma la masa y descuidando la velocidad. Hoy sabemos que no es exactamente así, aunque no cabe duda de que un grande y pesado proyectil siempre hace mucho daño, incluso si viaja a una velocidad relativamente lenta; y sobre todo, que no tiene la fea costumbre de traspasar el blanco y descargar parte de su energía en cualquier otra parte. Es por esto por lo que los americanos tenían la costumbre de decir que una pistola no es suficientemente seria si no se consigue meter el pulgar en el cañón. El hecho es que el capitán John Thompson y el mayor Thomas La Garde sugirieron que el calibre mínimo tenía que ser el 45 (45 centésimas de pulgada, 11,43 milímetros), es decir, el calibre normal del clásico Colt Single Action que había pacificado a los indios y a los "fuera de la ley" (aunque no a todos). Así nació el revólver Colt New Service M 1909 de calibre 45 Colt, aunque con un cartucho cargado de pólvora no humeante en lugar de la pólvora negra. Se trata de un revólver que no tiene historia, ya que apenas se consignó a los destacamentos del War Department comenzó a buscarse una pistola semiautomática para adoptarla como arma de ordenanza. Llegados a este punto hacemos una pequeña pausa, ya que conviene saber que el genial inventor mormón, John Moses Browning había cedido a Colt la patente (con fecha del 20 de abril 1897) de una pistola semiautomática y que Colt la utilizó para realizar su Modelo 1902 calibre 38 ACP (Automatic Colt Pistol), un arma de cierre estable con un cañón que durante el retroceso se desprendía del fuste gracias al movimiento de dos bielas (una en el vuelo y otra en la culata) permaneciendo siempre paralela al fuste.

En 1907 participó en un concurso organizado por la U.S. Ordnance para fabricar una pistola de ordenanza que tuviera dos características básicas: funcionamiento semiautomático y calibre 45. Se encontraron frente a frente armas como la Luger, la Bergmann, la Savage, e incluso el revólver "automático" Webley-Fosbery y, obviamente, una Colt, el modelo 1905, es decir la 1902 preparada para el calibre 45. Al terminar las pruebas, sólo dos pistolas fueron juzgadas meritorias de una mayor atención: la Savage y la Colt, que fueron asignadas como prueba a la caballería. Después de algunos meses dichas armas volvieron al Ordnance acompañadas de pésimos informes y con la petición de volver a los viejos revólveres. Así nació la New Service modelo 1909, capaz de disparar el cartucho 45 Colt de pólvora no humeante; era un arma robusta de funcionamiento impecable. Sin embargo, los militares más tradicionalistas estaban convencidos de que la época de los revólveres se estaba acabando. La pistola era mucho más precisa, más rápida de cargar, podía utilizar un cargador con capacidad para más cartuchos que los que podía contener un revólver y era más práctica de llevar gracias a su menor espesor. Lo que le faltaba era un poco más de robustez a toda prueba y la gran fiabilidad típica de los revólveres, sobre todo cuando tenían que utilizar un arma encasquillada por el barro, lo que constituía el verdadero talón de Aquiles de los automatismos de las pistolas de la época.

De esta forma, en 1910, la U.S. Ordnance convocó un nuevo concurso en el que el revólver New Service 1909 se vio desafiado por la Savage modelo 1907 y por una nueva pistola semiautomática Colt, en realidad, el modelo 1905 mejorado por Browning, quien, además de intervenir para robustecerla, había suprimido la biela frontal situada debajo del cañón y había reforzado la biela posterior. En las pruebas, cada arma tenía que disparar 6.000 cartuchos. El revólver tuvo sólo un incidente de tiro; la Colt 12 y la Savage tuvieron 43 incidentes. En definitiva, con gran satisfacción para los militares más conservadores, parecía que el revólver estaba destinado a permanecer en servicio durante muchos años más. Sin embargo, la caballería no había contado con la habilidad y la testarudez de Moses Browning, genial inventor que consiguió resolver de forma simple incluso el más complicado problema. Browning se puso manos a la obra, y al año siguiente, en las pruebas definitivas del 15 de marzo, la Colt consiguió disparar los 6.000 disparos sin ningún problema: sesenta series de cien cartuchos cada una, con una pausa de cinco minutos entre serie y serie (justo el tiempo para enfriar un poco el cañón) y con una limpieza cada mil disparos. Su rival, la Savage, contabilizó treinta y un incidentes de tiro y sufrió grandes desgastes en numerosas partes del arma, mientras que la solidísima Colt salió de la masacrante prueba sin graves signos de "stress". Después de algunos días, el 29 de marzo de 1911, el Departamento de la Guerra adoptó oficialmente la Colt-Browning, bautizándola como Automatic Pistol cal.

45 Modelo 1911. Es verdad que en aquel momento nadie podía imaginar que la elección no habría podido ser más feliz, tan feliz como que la Colt 45 se demostró de tal forma eficaz, simple, precisa y robusta, que se convirtió en la pistola más imitada del mundo y la que más se deseaba superar. Sólo en Estados Unidos se fabricaron cuatro millones de unidades entre las distintas versiones militares y civiles, sin contar con las innumerables imitaciones realizadas dentro y fuera de América. Recibido el bautismo de guerra en 1917, la Colt 1911 ha demostrado sobre el terreno todas sus cualidades; sin embargo, como siempre, se puede hacer más y mejor. De esta forma, en 1926 nació oficialmente la Colt 1911 Al, es decir, una versión ligeramente mejorada que se distingue estéticamente de la primera 1911 sobre todo por tener el dorso de la empuñadura un poco curvo, la cresta del martillo un poco más larga, el seguro dorsal con saliente más pronunciado, por la desaparición del diseño en forma de "diamante" alrededor de los tornillos de las cachas y por tener el gatillo más corto. Así se mantuvo el arma hasta finalizar la Guerra de Vietnam, en donde no ha desmerecido para nada junto al futurista fusil de asalto M 16. Todo esto, mientras la casi totalidad de las pistolas semiautomáticas nacidas junto a ella se habían ido convirtiendo en piezas de museo. La Beretta 92 F es la que la ha desbancado definitivamente con su funcionamiento de doble acción, su alta capacidad de fuego debida al cargador de dos hileras, el peso contenido (el castillo es de aleación ligera), la notabilísima precisión, el bajo coste y la fiabilidad total en las más severas condiciones de utilización. Una verdadera revancha si se piensa que en 1911, en las pruebas de la U.S. Army, había también una pistola italiana entre las que desafiaron a la Colt, la neonata Glisenti, la cual quedó tan mal que se ganó el apelativo de "Luger de los pobres". De todas formas, incluso la P.08, es decir, la Luger auténtica, joya de la tecnología armera alemana, tuvo que agachar la cabeza frente a la simplicidad y la eficacia de su majestad la Colt 1911. Una pistola legendaria que, aunque sin estrellas, sigue estando entre las ropas de los civiles gracias a los óptimos ejemplares que siguen naciendo inspirados en ella.

Contenidos relacionados