Las órdenes militares fueron creadas en principio para contribuir a la defensa del Levante latino. Las de San Juan del Hospital y el Templo serán imitadas en otros ámbitos geográficos como en España con las de Calatrava, Alcántara o Montesa o en Portugal con la de Avis. Las órdenes militares estaban sujetas directamente a la jurisdicción pontificia y se regían por una regla monástica, que solía ser la benedictina, en lo que era compatible con la finalidad de la orden y con la condición de sus miembros, seglares y caballeros o escuderos.