San Jacobo de la Marca

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Datos principales

Fecha 
1658
Material 
Estilo 
Dimensiones 
291 x 165 cm.
Museo 
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Esquema relacional

El monje que protagoniza este cuadro es un venerable de la Orden franciscana, por cuyo hábito se le identifica. Su vida estuvo llena de actos milagrosos, de los cuales Zurbarán elige dos para representarle: la imagen principal es la de San Jacobo en pie sosteniendo un cáliz eucarístico en alto. El cáliz resplandece, lo que pudiera parecer una exaltación de la misa. En realidad alude a un atentado que sufrió el monje, al que intentaron envenenar con el vino de la liturgia. El otro milagro aparece en la pequeña escena secundaria al fondo del cuadro. En ella se ve a San Jacobo resucitando a un niño muerto, otro episodio memorable de su vida. Los modos de representación que Zurbarán emplea son constantes a lo largo de toda su carrera. De ellos habríamos de destacar las arquitecturas tan torpemente llevadas a cabo, pues Zurbarán tenía serios problemas a la hora de componer espacios. Y la naturalidad y el realismo con que dota al santo y a todos sus elementos, como el brillo translúcido de la copa, los pesados ropajes del hábito o la cabeza envejecida que parece un auténtico retrato del santo.


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